La Lola
(***)
En la casa que compartían Edgar y Colette pasaba algo sumamente importante pues ellos habían hecho el acto más carnal en una pareja, pero recibieron una llamada lo cual tuvieron que limpiarse y arreglarse lo más rápido posible, lo lograron pero antes de salir empezaron a besarse.
Era una desesperación la cual no se dejaban en paz, Edgar y colette intentaban salir de su hogar pero no podían evitar besarse.
—C–colette de deberíamos dejar de hacerlo. —Edgar hablaba entre besos y sonidos húmedos que hacían sus bocas y lenguas.
—Y–yo dejó de hacer esto si tú también. —Colette tampoco dejaba de hacer los movimientos y seguían como si nada besándose con el sujeto.
Edgar no soportó más y abrazó fuertemente a la chica para quitarle la respiración, siguió besando a la peli blanco hasta que ella no pudo más y se separó, Edgar también la empujó un poco para alejarse de ella, ambos exhaustos se veían muy desafiantes como si volverían hacer eso pero Edgar se alejó un poco más pues su trabajo era la prioridad en estos momentos, aunque no su trabajo sino su integridad física pues su jefe era un sujeto que más vale no enojarlo pues les daría más trabajo y horarios muy pesados así que lo mejor sería consentirlo.
Edgar esperó que Colette saliera de la casa para ponerle seguro a la casa, con un leve suspiro ella sonrió y salió con su típica personalidad risueña, cerrando Edgar ambos empezaron a correr hacia la tienda 24/7 llegaron al parque y vieron que los niños estaban peleando por algo, Colette quiso ir a por ellos pero no para separarlos sino para lastimarlos sin embargo Edgar la jaló para que siguieran su curso.
Llegando a la tienda Edgar fue en búsqueda de la Topper mientras que Colette entró a la tienda.
Edgar llegó al oscuro aparcamiento y vio que la moto estaba en la esquina más oscura, Edgar se montó y la puso en neutro, no la encendió y salió de esa zona encima de la moto usando sus pies para impulsarse, llegó y se estacionó frente a la tienda esperando a Colette que increíblemente salió al mismo tiempo que Edgar, ella estaba comiendo una paleta helada color verde, Edgar la miró con disimulo y ella se acercó a él.
—Me regalaron esta paleta. —Colette lamia la paleta y miraba a Edgar, este por su parte la vio con duda.
—Ve y paga esa paleta porfavor. —Comentó Edgar mientras sacaba su billetera.
—Pero te estoy diciendo la verdad, solo entré y un sujeto se arrodilló frente a mi y me dijo “Diosa Colette toma cualquier cosa de este lugar yo te la regalo” y simplemente me dió ganas de comer esto. —Edgar aún dudaba de esa historia pero solo quería irse de allí.
—Como sea súbete. —Colette se subió a la moto no sin antes darle de probar Edgar un poco del sabor de la paleta, claro que con un beso—. Cielos porque eres tan cursi.
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.El viaje era tranquilo, Edgar manejaba despacio pues le gustaba como iba el viaje, le gustaba sentir los brazos de Colette rodeando su torso y ella pegando su mejilla en la espalda, le daba una sensación que todo estaba bien, era algo que por si solo no sentía y ahora con ella todo se sentía distinto, era como si estuviera llenando el vacío que estaba dentro de él, era increíble que tuvo que pasar tantas cosas para sentir ese sentimiento.
Sin embargo eso terminó pues llegaron a la tienda que se veía que estaba cerrada en frente, supusieron que la puerta trasera estaba cerrada, Edgar estacionó la Topper y se bajó, Colette estaba ya cerca de la puerta y miraba al suelo, Edgar enllavo la moto y se acercó a ella.
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Solo son negocios.
RandomDescubrirás con el tiempo que lo que vivías era otra cosa y no lo que pensabas. Todo por ser una persona que no ve más allá de su nariz. Está historia narrará la vida diaria de los trabajadores de la tienda de regalos y como su relación de amistad s...