𝙷𝚘𝚛𝚗𝚢 24/7 𝐕𝐨𝐥. 𝟏 {𝙑𝙤𝙡𝙠𝙖𝙘𝙞𝙤}

Cap 16. Te odio.

Buenasss, buenasss se viene

Espero que te guste mucho lo que vas a leer.

Muchas gracias por el apoyo mis niñxs.

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"𝘛𝘰𝘥𝘰 𝘷𝘢 𝘴𝘢𝘭𝘪𝘳 𝘣𝘪𝘦𝘯, 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘷𝘢 𝘢..."

Horacio pensaba mientras conducía por la ciudad, oyendo a sus espaldas los murmullos de sus agentes y observando de reojo de vez en cuando al peligris sentado a su derecha.

Estaba nervioso, sería estúpido no admitirlo.
Deseaba y esperaba con todas sus fuerzas que su plan saliera tal y como lo habían organizado, era crucial que fuera así.

--Jefe, se ha pasado la salida-- dijo Gael, echándose hacia adelante y depositando su barbilla sobre el asiento del conductor.

Horacio dejó de pensar por un momento, volvió a mirar el GPS, y si, era cierto, se había pasado la salida. Estaba demasiado despistado como para concentrarse en la carretera.
Llevó el vehículo a un extremo del carril y lo estacionó ahí.

--¿Alguien puede conducir?-- preguntó cansado.

Axel fue el más veloz.
Bajó de la parte trasera del vehículo y se colocó junto a la puerta delantera, esperando a que su superior abandonara el volante.

Horacio le sonrió al chico a través de la ventanilla y bajó del coche.
Ocupó ahora el asiento libre junto a Gael. Se recostó sobre el acolchado sillón, llevandose las manos al rostro, tratando de relajarse.

El castaño lo observó, le acarició el brazo con cariño, ayudándolo a reconfortarse.

El francés liberó su rostro de entre sus manos y miró al agente. Ver el rostro de aquel chico realmente lo ayudaba, lo calmaba, no era exactamente por el simple hecho de ver su rostro o algo, más bien era por los recuerdos que le venían a la mente al admirar aquellas facciones, las cenas, las conversaciones, los llantos, los consuelos...todo.

Pasó ahora su brazo por los hombros del menor y lo atrajo hacia él para poder abrazarlo, Gael agradeció aquel gesto y apoyó su cabeza contra el pecho de Horacio, disfrutando de una calma que pronto se esfumaría.

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"𝘚𝘶 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘪𝘯𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘢 𝘭𝘢 𝘥𝘦𝘳𝘦𝘤𝘩𝘢"

El GPS anunció que la llegada era próxima, cosa que tensó los músculos de todos y cada uno de los hombres que ocupaban aquel vehículo.

Axel ojeó el lugar buscando algún rincón escondido donde poder estacionar el coche. Se fijó en unos grandes arbustos cercanos al edificio, le pareció el sitio correcto para ocultarse.

Los tres agentes y Jack abandonaron el vehículo. Fueron a la parte trasera de este en busca de sus armas, las radios y las máscaras.

Jack agarró un AK

--Hey, hey, calmate. Tú una pistola, debes entrar fingiendo arrepentimiento, como si estuvieras de su parte, no vas a llevarte un pedazo de arma-- dijo Horacio, haciendo que el mayor le tendiera el arma entre risas nerviosas, para ahora tomar una pequeña pistola que se colocó en la parte trasera del pantalón.

Axel, Gael y Horacio además de sus pistolas reglamentarias, agarraron armas largas y las colgaron a sus espaldas. También se colocaron unas máscaras y encendieron sus radios policiales.

Al peligris le colocaron una pequeña radio entre la ropa, para así poder escuchar a Gustabo y la señal que les daría para poder entrar.

--Es la hora-- pensó Jack. Suspiró con fuerza tratando de mantenerse sereno y se dió la vuelta en dirección al edificio.