𝙷𝚘𝚛𝚗𝚢 24/7 𝐕𝐨𝐥. 𝟏 {𝙑𝙤𝙡𝙠𝙖𝙘𝙞𝙤}

Cap 18. Más Allá de las Estrellas.

Buenasss, buenasss

Espero que te guste mucho el capítulo, la verdad tengo miedo porque es algo "arriesgado" para mi escribir esto, but anyways espero que te mole y que no la haya cagado jeje.

Ahora ponte a leer perrx :3

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Aquella luz cegadora penetraba por los párpados de Horacio, la molestia que causaba era tal que lo obligó a despertarse.
Estiró sus brazos y sus piernas, disfrutando de la sensación que te deja un largo y plácido descanso.
Un bostezo emanó de sus entrañas, completando así al adormecido crestado.

Al abrir los ojos, la aún resplandeciente luz lo cegó, haciendo que volviera a cerrarlos, pestañeo un par de veces tratando de acostumbrar las pupilas a la claridad.

El lugar era irreconocible para él, no era posible describirlo como una habitación o algo así, más bien se trataba de un espacio excesivamente grande, sin suelo ni paredes, simplemente luz, mucha luz casi dorada floreciendo de todas partes, y a lo lejos puerta, una entrada a algún lugar.

Horacio dió un paso en dirección a la puerta, pero frenó al instante, pues era como si la gravedad casi no existiera en aquel espacio, sus pies descalzos acariciaron el "suelo", sintiendo este como si fuera un algodón o una mullida nube dulce.
Se agachó y palpó esa extraña "nube", era suave, igual que una manta de cálidos pelos.
Dió otro paso, familiarizado su cuerpo desnudo con el entorno.

Se sentía tan...libre, absolutamente feliz y tranquilo, sin ninguna preocupacion. En su mente, recuerdos sobre personas que quería o amaba estaban presentes, pero ninguno era doloroso ni perverso.

--Bienvenido a "Más Allá de las Estrellas", Horacio Pérez-- saludó el muchacho de cabellos dorados y con el torso al descubierto que se hallaba frente a él, levitando con las piernas cruzadas junto a una mesa de madera oscura al lado de la puerta de hierro bañada en un reluciente oro.

El francés abrió aún más los ojos ante la confusión, además de haber despertado en algún lugar completamente nuevo, ese hombre, también desconocido, sabía su nombre.

El rubio rió dulcemente, mordiendo el hermoso bolígrafo de plata que agarraban sus manos.

--Horacio, se que ahora estarás confundido, pero no te preocupes, estás aquí por una razón-- el chico dejó de flotar y avanzó hacia la gran puerta. Estiró su mano apuntando a esta y la abrió sin tocarla.
Invitó a Horacio a pasar tras él.

Al traspasar aquella puerta, un nuevo mundo se desplegaba ante sus ojos.
El lugar seguía siendo tremendamente cegador por aquella amarillenta luz que emanaba de todas partes, pero además habían cosas, personas. Personas iguales a él, tanto ancianos, adultos y niños, sin ropa y al parecer bastante felices.
Algunos flotaban y volaban, en cambio otros simplemente andaban tranquilos.

Estaba también decorado por grandes y pequeños establecimientos, la temática era entre dorado, plateado y marrón muy oscuro, así eran todos y cada uno de los edificios y casas que completaban la vista.

--Este lugar es una especie de intercambiador entre la vida y la nada-- comentó el rubio mientras caminaba por entre las calles siendo perseguido por Horacio.
--Si has llegado hasta aquí, es porque tu estancia en la vida ya ha finalizado, por un motivo o por otro, no importa cual sea. Pero no solamente ese es el motivo de estar en este mundo, lo más importante es que todavía tienes algún deseo que te ancla al mundo de los vivos, alguna cosa que dejaste a medias, alguna persona...-- habían parado en una especie de callejón donde no había nadie, el rubio se encontraba levitando nuevamente y el de cresta escuchaba atententamente lo que decía apoyado contra la pared.