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Peter B. Parker y Harley E. Kenner, son los estudiantes de Tony Stark. Solo los más cercanos al magnate saben de esto, por lo que son un misterio para los trabajadores en el complejo cuando ven a aquellos jóvenes rondar.
Ante...
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Cassie estaba muy dormida sobre el cartón, mientras sobre ella estaban las hormigas bala. Pero cuando el sol llegó hasta su rostro tuvo que abrir un ojo para ver que ya estaba amaneciendo.
Las hormigas apenas se movieron cuando ella se levantó y pasó su mano sobre su ojo. Bostezo ligeramente y quiso extender sus brazos, pero el dolor en su espalda no se lo permitió.
—Ay... —con esa queja Cassie finalmente se levantó y empezó a bajar por los escombros del edificio donde pasó la noche, hasta llegar a la calle.
No fue fácil llegar a esta parte de la ciudad, todavía le quedaba lejos la casa y debía seguir caminando, cuando pasó por el puente, encontró muchos autos destruidos, chocados o en llamas, no habían personas y si las hubo, nunca quiso mirar los cuerpos. No habían policías ni nada por el estilo. Eso la preocupó, acaso... ¿Acaso era todo el país? Así que como en las películas siempre se mantuvo en las sombras. Cuando tenía hambre, con ayuda de sus amigas hormigas ellas le traían algo de comer, como una galleta o una dona. Una vez, le trajeron un pedazo de pollo del KFC. No sabía si estuvo en la basura, pero estaba entero, así que se lo comió.
No la culpen tenía hambre, además ya tenia la noche de ese día caminando y ahora hoy, quizás eran como las 4 de la tarde.
Y cuando se encontraba con malos, que la veían como una niñita pequeña, se enfretaba a ellos como un héroe.
Bueno no.
Las hormigas balas siempre la ayudaban y a veces tenía que golpear a algunos, como podía. Pero gracias a eso recibía ciertos golpes. Auch, acariciaba su ojo izquierdo donde estaba algo morado por un golpe que le dio un malo. Cuando este se retorcía por las picaduras de las hormigas le pateo la cara.
Siguió caminando pero antes de doblar la esquina vio gente que estaban atacando a unos señores. Parecía que querían robarle.
Podía evitar una pelea, pero no le gustaba la violencia (no tanto) y nunca le gustaba cuando provenían de los malos.
Así que con uso de sus comunicadores, mando con las hormigas voladoras las hormigas balas. En total eran 3 delincuentes, rudos y algo feos. Pero cuando sintieron la primera picadura, empezaron a gritar como nenas.
Cassie corrió hasta esas personas que seguían en el piso y les grito—¡Corran!
Pero justo en ese momento reconoció a uno de los tipos—¿¡Cassie!?
Cassie quedó sorprendida—¿Tío Luis?
El hombre se levantó juntos a sus amigos y le dieron su merecido a esos tipos que quedaron aturdidos en el suelo.
