-Esto es una locura -miré hacia todos lados mientras Felix me llevaba a paso veloz. íbamos un poco tarde debido a que perdimos la noción del tiempo en... pues... cosas de adultos.
-Una locura que quiero hacer contigo por el resto de mi vida -se detuvo tan solo para darme un pequeño beso y continuar con nuestro rápido andar.
Llevábamos escasos días en Japón. Nos pareció buena idea ir a vivir allá luego de que le ofrecieron un buen trabajo a Felix, pero debía ser inmediato, así que henos aquí. El asunto era que, en ese preciso momento, no estábamos haciendo cualquier cosa, sino que íbamos de camino al altar para una boda que salió de la manera más casual posible. Pero, si se trataba de Felix, haría cualquier cosa. Después de todo, tras llevar poco más de un año viviendo juntos, dar ese paso en ese momento parecía buena idea, solo que ahora me estaba arrepintiendo.
-¡Estás loco! -intenté detenerlo, pero este pudo conmigo.
-Tú tienes la culpa.
-¿Yo?
-Hiciste que me enamorara mucho de ti, lo siento -su comentario me hizo sonreír.
Pensé que estaríamos solos en ese lugar, puesto que no conocíamos a nadie, pero estaban unos pocos compañeros de Felix, lo cual me hizo un poco feliz, al menos no estaríamos solos.
Me perdí un momento en mis pensamientos. Me hubiera gustado que el día de mi boda estuviera mi familia, pero sabía que no aceptarían algo así tan apresurado, así que tan solo saqué ese pensamiento de mi mente y traté de pensar un poco en el futuro. ¿Qué pasaría luego de esto? Fukuoka no era lo mismo que Tokio, pero igual era una ciudad enorme y eso me dejaba mucho que pensar. ¿Casa? ¿Idioma? ¿Trabajo? ¿Familia?
-Familia... -Felix volteó a verme un poco sorprendido.
-¿Familia? -sonreí levemente, era un sueño que tenía, pero de manera lejana, ahora lo que más me importaba era poder estar y disfrutar de él todo el tiempo posible antes de dar un paso de ese nivel.
-Pensé en voz alta, perdón.
Mentiría si dijera que recuerdo como fue exactamente el momento en que todo eso pasó. Mi mente se nubló por un buen rato al verme abrumada y repleta de nuevos pensamientos. Nunca pensé que la descabellada idea de casarnos así tan de improviso me llenara de tantas emociones, así de esa manera.
Felix se encontraba apoyado en el sofá conmigo descansando a horcajadas sobre él mientras le abrazaba. Había sucedido, ese chico era mío. No importaban los lujos o una fiesta llena de cosas, de gente, sino que solo importaba el hecho de que ambos por fin seríamos únicamente para el otro. Las lágrimas corrías por mis mejillas, no por tristeza, sino porque me encontraba absolutamente feliz, emocionada de que eso hubiera ocurrido. En cosa poco más de un año, ese chico había llegado a cambiarlo todo de la manera más inesperada posible, y así comprendí que no estaba equivocada en mi decisión, dejarlo todo para encontrar el chico de mi vida fue lo mejor.
-Love you Yongbok -solté escondiendo mi rostro en la curva de su cuello -siempre te amaré mucho.
ESTÁS LEYENDO
Sorry, i love you - Lee Felix
Fiksi PenggemarMei simplemente no sabe que el pasado está más cerca de lo que cree.