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Él es Leonard

Días largos, semanas infinitas, y todo gracias a Leonardo y su revuelta mentesilla. Porque cada vez que se presenta frente a mí y mis preguntas exponen su cerebro, cada palabra que sale de su boca sobre su extraña perspectiva de la vida y las razones de eso: sus problemas ruedan en mi cabeza, y regresan como lo haría un animal rumiando su alimento, y ocurre incluso hasta antes de dormir, porque hasta ahora podría considerarlo como "mi paciente favorito" se me hace tan interesante...

Lo complicado del asunto es que nunca sé que esperar de él cada vez que se encuentra aquí, en ese sofá acolchado...

—Bueno Leo, como ya llevamos varias cesiones hablando sobre ti y Leonard, creo que es el momento en que deba conocerlo realmente.

—Que? A qué te refieres? Ya lo conoces, te he contado mucho sobre él.

—Si, pero no es lo mismo qué alguien te cuente desde su perspectiva cómo es una persona, a conocerla para juzgar por ti mismo.

—... Pero... —dice nervioso— Doctor, Leonard es muy impredecible, ni él mismo sabe cómo reaccionar a ciertas cosas, es un ser con el que no se puede tratar, podría hacer daño, podría mentirte, podría hablar mal de mi... —se pone a pensar como si no encontrará más excusas — ammm... Y yo no puedo hacerlo presente.

—Y eh ahí el punto —hago incapié con la mano— por suerte, soy un doctor que sabe aplicar la hipnoterapia, mediante la hipnosis puedo hacer presente solo a Leonard, y así lo conoceré mejor.

Abre los ojos como lunas llenas, y en vez de alegre parece horrorizado— No creo que sea buena idea Donatello.

—No tengas miedo, puedo controlar la situación, verás que todo va a salir bien, confía en mí.

—P-pero...

—Necesito que te acuestes en el sillón —acomodo los cojines, y él obedece— Muy bien Leo, ahora debes cerrar los ojos, y quiero que te concentres, no pienses en nada, solo escucha mi voz y obedece —susurro suavemente, y el solo obedece a cada cosa que digo— Leo, imagina que estás en un cuarto cerrado, completamente blanco, y no hay nada ni nadie a tu alrededor —el chico hace gestos, como si le incomodara esa situación imaginaria— Ahora, Leonard está ahí, justo frente a ti. ¿Cómo es él?

—Es... Es idéntico a mi... Soy yo...

Anoto, es interesante, normalmente las personas suelen ver a sus amigos imaginarios, personalidades o distorsiones con diferente cara, con formas distintas he incluso abstractas, pero el que se parezca a la persona puede dar detalles relevantes sobre su subconsciente y su perspectiva de sí mismo. —¿Y que expresión tiene en el rostro? —pregunto.

—Es... Es como lo esperaba, parece serio y prepotente...

—¿Te dice algo?

—No, solo me mira de arriba a abajo. Está juzgandome.

—Te da miedo?

—Si...

—Dile a Leonard que se acerque a ti, pídele un abrazo.

—O-okey

—Ahora Leonardo, cuando escuches el chasquido de mis dedos quedarás completamente dormido, y quién abrirá los ojos será Leonard. Cuando escuches de nuevo el chasquido despertarás tu, Leonardo, del sueño —1,2,3 chasqueo los dedos, y los ojos del chico se abren.— ... Hola, yo soy Donatello, y tú eres...?

—Se sienta— Soy Leonard.

Su voz es más grave, justo como Leo la describió: grave, ronca y tosca.
Su mirada es completamente diferente a la de Leo, se ve decidida, se siente pesada e intimidante. Me mira de arriba a abajo analizandome meticulosamente, y lo mismo hace con todo el lugar.

—Usted quería hablar conmigo, quería conocerme, ¿Y ahora que? Ya estoy aquí, vamos a hacer algo para conocernos mejor? —se pone de pie y camina por todo el lugar revisando cada detalle del cuarto, adornos, ventanas etc.

—Ammm... Bueno, tengo muchas preguntas que hacerte... —su presencia es tan pesada: que me incómoda, y me pone nervioso—  Juguemos al juego de preguntas, te parece?

—Se acerca a mi— Porque no, mejor...? —se coloca frente a mi— Jugamos a qué me sentaba aquí —se sienta sobre mis piernas— y lo disfrutamos? —sonrie tiernamente.

—Jeje no lo creo, Leonard no estás aquí para conocernos de esa forma, solo quiero saber de tus gustos, pasatiempos, intereses, conocimientos, formas de pensar y esa clase de cosas.

—Bueno si quieres hablar de mis gustos, te contaré un poco —se acerca a mi oido—Me gustan las personas, o seres con los brazos tan grandes como estos —susurra mientras recorre sus manos apretando mis brazos, más fuerte a como lo aria una chica cuando dice "Oh que brazos tan musculosos, ¿Puedo tocar?", Y luego recorre con su palma hasta llegar a mis manos— Las piernas tan gigantes cómo estás —lo mismo hace con mis piernas— y... —pone una mano sobre mi pecho y la baja lentamente hasta que la detengo antes de llegar a mis partes nobles.

—Okey, ya entendí —me pongo de pie para bajarlo de mis piernas— y aparte de sexo, que más te gusta hacer? —intento cambiar de tema, y parece haberse molestado, se nota en su cara y por la mirada de infierno con la que me ve.

—Pues aparte de SEXO! También me gusta entretenerme con la gente obteniendo información valiosa de ellos.

—A que te refieres con eso?

—Ya sabes, solo espero que confíen en mí y me cuenten cosas como la gente cercana. Algo con lo que pueda moverlos a mi favor, o algo para molestar también funciona. Así como aveces lo hago con Leo, quieres saber cómo es?

—Amm...

—Agarra la cuchara del cafe que estaba en la mesa— Mira, a Leo le molestará al despertar ver que la situación entre tu y yo sé aya salido de control —me señala con la cuchara— Te dirá "Te lo dije" "Leonard tenía razón, no debí confiar en ti" "Dijiste que podías mantenerlo bajo control" "Que clase de doctor eres" "No quiero volver a verte" —lo dice imitando de forma burlona a una voz femenina— y yo le hablaré pestes de ti, le contaré que cogimos como salvajes en el sillón, y que lo engañarás contal de volver a tenerme de esa forma. Leo estará muy molesto, dirá que eso no es lo que deben hacer los verdaderos psicólogos, que nadie debe venir a terapia con un enfermo etc etc. Advertirá a la gente, y perderás tu trabajo.

—P-pero... —mierda, esto es una amenaza?... Está tan molesto por mi rechazo?!
... Aunque dudo que Leo le crea.

—Jeje, ya estás maquinando ¿verdad? Jaja no te preocupes Donnie, estoy jugando, dudo que Leo me crea, además él seguro me echaría la culpa si le digo que cogimos. Pero otro de mis pasatiempos no solo es molestar a la gente, si no también a Leo. —pone su mano sobre la mesa— O a ambos...  —levanta la cuchara con la intención de apuñalar su propia mano con el mango del objeto...

—Despierta Leo!! —chasqueo los dedos antes de que el mango del la cuchara perforara su mano.

Con miedo deja caer la cuchara— Ah... Pero que carajos?!... —apega su mano a su pecho, y la soba con la otra. Parece que el golpe le dejo un moretón un tanto grande y bastante vicible— Mierda! Te lo dije Donatello. Se te salió de control, eh?!

—No, tranquilo Leo, solo charlabamos, aún así lo intentó, pero te desperté antes de pasar a mayores.

—Ah... Ok ok —se sienta de nuevo— Y? Obtuviste información? —pregunta como si el tema del moretón no fuera importante.

Acomodo mis gafas— Bueno, aparte de su amor al sexo y a fastidiar gente, creo que no...

—Lo sabía... —dice con desilusión.

—Aun así, hay otras formas de conocerlo sin tener que volver a hablarle.

—A si?

—Si, por eso la próxima semana no vendrás. Quiero que venga algún familiar o alguien muy cercano a ti, alguien que no sea Mikey, ya hablaré con él sobre ti mañana.

—Alguien cercano?

—Asi es, quien sea debe venir...

Broken BrainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora