Hay alguien en mi casa.
Son las 2:30 de la madrugada. Según yo, me acosté temprano, pues mañana tengo que levantarme para ir a la prepa.
Pero no importa a que hora me acueste, mis ojos son los que deciden cuando se rendirán, y aunque esten muy cansados, no son luchadores que sucumben ante su aponente: ni la noche, ni el cansancio los doblegan.Aparte de la resistencia que oponen mis ojos, hay otra cosa que me atormenta: he dejado entre abierta la puerta que conecta mi habitacion con la sala.
No puedo apartar la vista, siento una presencia aparte de la tuya y la mia. Sé que hay alguien más, y en cualquier momento crusara por esa puerta. Quién es? Qué quiere?
Hay una sombra asomandose por la pequeña apertura de la puerta, y tiene los ojos fijos en mi.
Es lo ultimo que logro ver antes de que el sueño al fin logra vencer a mis parpados.4:00am
Ahg! que fastidio. Olvidé que no debía tomar agua antes de irme a dormir, y lo volví a hacer. Detesto despertarme a plena madrugada para ir al baño. Salgo de la montaña de cobijas que me acogía con calides y a pie descubierto camino en dirección a la puerta.
—La ciudad de noche... que belleza.
—Lo es.
Mi rumbo cambia y me dirijo a la unica pared de cristal que hay en esta habitación, dejando la puerta a mis espaldas.
Luces tan coloridas, calidas y frias, haciendo de la fria y solitaria noche, un ser sobortable, y sin necesidad de mirar las estrellas, admirable.
Por un momento, tanta hermosura logra sacar la necesidad de ir al baño de mi mente, pero de nuevo está aquí.Antes de dar la media vuelta para salir, logro ver por el reflejo del cristal una sombra asomarse y volver a ocultarse tras la puerta.
Soy yo, o la puerta está más abierta de lo que estaba?
Qué hago? hay alguien ahí y desconozco sus intenciones.
Espero unos minutos en silencio he inmóvil.
—Qué esperas?
Espero su decisión, porque solo tiene dos opciones: saldra de aquí, porque sabe que sé de su presencia, o vendra por mi.
Por si es la segunda, doy la media vuelta y sin despegar los ojos de la puerta camino en silencio y lento hasta la mesita de noche junto a mi cama. Del cajon más alto, saco el cuchillo, y agarro el celular sobre el mueble.
—Te estoy esperando —susurro.
Pero el tiempo pasa y ningun sonido tras el.
Tengo que ir al baño.
—Y si no es nadie?
—Y si es aguien?
te ignoro— Ire a la puerta.
La sujeto con cuidado y despacio la abro: echo un vistazo afuera, griro la cabeza de izquierda a derecha, pero no parecé haber aguien.
—Tal vez tomo la segunda opción.
Mientras salgo del cuarto con miedo hasta de que pueda haber aguien a mis espaldas, giro la cabeza para cerciorarme de que mi retaguardia está segura, y regreso la vista al frente.
Doy un salto brusco por el susto.
Ay alguien de pie frente a mi, veo su silueta: es delgado y alto, mucho más alto que yo. Siento su mirada, y otra a mi costado.
Espero a que actúe...—Actuen —corriges.
Pero nada se mueve. Ajusto mi vista y me doy cuenta. Lo que esta frente a mi, no es más que el perchero que cambié de lugar está tarde. La paz llega a mi cuerpo como relajante agua tibia.
—De quién es la mirada a tu costado?
Tus palabras recorren mi cuerpo como un escalofrío. Porque ahora yo tambien tengo esa duda.
Por el rabillo de mis ojos veo una sobra moverse, cerca del sillón, cuando
giro los ojos, no hay nada.
Pero otra sombra corre en la cocina, y antes de que fije la vista en ella, veo de reojo otra silueta que viene hacia mi a gran velocidad. Cierro los ojos con fuerza mientras lanzo una puñalada hacia donde se supone estará el sujeto.El cuchillo se desliza por la nada, cortando el aire. Nunca llega el momento de sentir algunas manos sobre mi.
Abro los ojos y no hay nada.
Mis piernas, mis manos, y hasta mi mandibula tiemblan. Y más que por el frío de la noche, es por el terror que posee mi cuerpo y alma en éste momento.
—Tengo miedo.
Es peor cuando tu lo dices.
Tengo el telefono en la mano. Llamo a Raph?
—No, el se fue hoy.
Entonces a Mikey? Pero...
Meto el telefono en el bolsillo del pantalon holgado de mi pijama. Camino hacia la puerta del baño lo más rápido que puedo sin dejar de sentir miradas a mi alrededor, y sobre todo vigilo mi espalda: escucho sus pasos apresurados viniendo hacia mi.
Despues de lo que fue una eternidad de sufrimiento en el infierno, llego a la puerta. Con la alegria a tope, sujeto el picaporte entre mis manos.
Pero ahora tengo miedo.
Y si esta adentro? Sé que esta adentro.—Y qué hago? —te pregunto casi al borde del llanto desesperado.
Nunca contestas cuando más te necesito.
Pero le tengo más miedo a lo que pueda ocurrir en está sala, porque el lugar es más amplio, y sé que hay más aquí, que en un lugar más pequeño como el baño.
Situaciones desesperadas conllevan a medidas desesperadas.
Abro de golpe la puerta.
Y ahí está, me está mirando. Puedo ver lo negro de sus ojos: brillan por el reflejo de la luz que entra por las paredes de cristal a mis espaldas. Está sentado en el piso, como si estuviera esperándome especialmente a mi. Me siento impotente ante su precencia, como si él fuera un ser superior en todo aspecto: como un Dios, pero con intenciones poco amigables hacia mi.—Eres parte de su fiesta —susurras.
El panico me roba el aliento y mis ojos no pueden abrirse más, mi vista se hace turbia por las lágrimas de miedo que amenazan en salir. Pero...
De un rapido movimiento estiro el brazo hacia la pared y preciono el interruptor de la luz.
Intento recuperar el aliento y sujeto mi pecho sintiendo el corazon a punto de salir expusado por mi boca, con la otra mano, me apollo en la pared alviado.
Mis sosopechas son ciertas, pues no es la primera vez que ocurre.
No hay nadie aquí, y nada de lo que vi y sentí fue cierto. Aún no logro entender como es que lo que veo, lo que siento y lo que escucho, no es más que una falsa ilusión que crea mi cabeza.
No creo que seas tu, esto no parecé obra tuya, porque escucho el miedo en tu voz. Asi que si no eres tu, debe ser la otra parte de mi mente.Que manía tienen con perturbar mi paz?!
Las primeras veces que esto ocurrió, llamé a Raph, pero se fastidió de venir a tan altas horas de la noche tan seguido y nunca encontrar nada.
Y cuando conocí a Mikey, era a él a quién llamaba, pero paso lo mismo.Los entiendo, debe ser fastidioso.
Asi que tengo que aguantar éste tormento yo solo.Y la pesadilla que tuve que pasar en el trayecto de mi cama al baño, vuelve a suceder de regreso.
Porque a pesar de que sé que nunca es cierto, las ilusiones son tan reales para mis sentidos, que vuelvo a creerlas.
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Broken Brain
FanfictionDespues de lo que para muchos, es poco tiempo existiendo, para Leonardo ha sido una eternidad. Una eternidad de tortura, que le ha dejado cicatrices profundas y daños casi irreparables. Por la culpa de personas de el lugar donde estudia buscara la...