Broken Brain

08

–Haah~ Rapha quiero más~

—Ya es tarde Leo, sera mejor que me vaya.

—No te vayas~ vamos por una tercera ronda si? Quieres Viagra?? —le acerco la pastilla.

—No, ya no quiero estoy cansado —dice con un gesto de molestia.

—Bien como quieras, pero te pierdes de mucho!

Me siento sobre la cama e intento ponerme de pie pero el dolor de cadera me lo impide.
Espero que el grandulón no aya notado que me duele porque con menos razón querrá volver a hacerlo la próxima vez.

—Te duele verdad —dice más como afirmación que como pregunta.

—Qué? Naaa! Es solo que... Me pegue en el dedo pequeño del pie cuando intenté levantarme —miento.

—Si claro —contesta icredulo mientras se pone los tenis— Porque seguimos haciendo esto? Si te duele solo hay que dejar de hacerlo.

—Deja de preocuparte por mi, si ni a mí me importa ¿Porqué a ti si? a mi me gusta! Estoy bien así.

—Bien, bien...
Ayer entraste temprano al trabajo no?

Lo miro confundido por su drástico cambio de tema, pero me alegra no seguir con el tema anterior— Si el señor huesos dijo que irían personas importantes a comer, así que me pidió entrar más temprano para hacer los preparativos.

—Aun lloras cuando picas cebolla?

—Si aún me pasa —le sonrió.

Me mira con ternura y me soba la cabeza con su gran mano.

—Me gusta estar contigo Leo... Me importas mucho... ¿Cómo puedo hacer el amor contigo sin hacerte sufrir tanto?

Maldición creí que ya me había salvado de seguir con ese tema—
Deja de pensar en eso Raph.

Suspira y mira al piso— Oye, quieres ir a algún lugar?

—Naa tengo que salir.

—A donde vas?

—No te conté? A no, estabas tan enojado conmigo que no me querías hablar...
Iré a una terapia psicológica los sabados.

—Enserio?! WOW esas son buenas noticias!
Haber si te ayuda con tus adicciones.

—Adicciones? Yo no tengo ninguna adicción —afirmo.

—Eso es lo que todos los adictos dicen —contesta intentando que no noté su sonrisa burlona.

—Ja ja, que gracioso Raph.

Se pone de pie, pone sus manos en su cadera y me mira —¿Iras así? Ni siquiera puedes levántate!

—Si puedo, no es la primera vez que tengo que salir después de jugar contigo —me pongo de pie— Ves? Estoy bien.

—Humm... —me mira entrecerrando los ojos mientras camina a la puerta que lleva a la sala.

Cuando cruza por la puerta y no puede verme más: me dejó caer sobre la cama con las manos sobre el vientre y Alfin puedo quejarme del dolor.

—Más...

Porqué hago esto? Porqué aunque duele tanto quiero más? Tal vez Raph tiene razón y deberíamos dejar de hacerlo...
Pero no puedo... Tan solo lo veo y siento que muero de ganas, esto ya no es un gusto, es una necesidad...
¿Será culpa de Raph?

—A que hora es la consulta? —grita desde la cocina.

— 6 de la tarde.

—Legarás tarde faltan 20 minutos.