Capítulo 5

344K 22.3K 2.4K
                                    

Ashton.

¿Que he hecho? ¿Que he hecho? Soy idiota. Un tremendo idiota. Sus ojos eran un poema, tenían miedo. No podía olvidar su cara en ese momento. Hizo revolver mi estómago un par de veces. Se veía tan pequeña y frágil, su mirada me atormenta. Y ahora no puedo sacarla de mi mente.

-¿No vienes, querido?-Preguntó Leyla. Llevaba todo el día detrás de mi y me empezaba a hartar.

-No.-Me dirigí a mi coche ignorando la mirada fulminante de Leyla. Abatido me senté en el asiento del conductor.

Esa niñata me hacia volverme loco. Y no lo sabia. No me malinterpreteis, sus ojos grises, casi azules, hacían que no quisiera dejar de mirarla, eran hipnotizantes. Me estaba condenado, no lo permitiría.

Sumido en mis pensamientos logré llegar sano y salvo a mi casa. Eran más de las 9 cuando llegue. Fui a mi habitación y cerré los ojos esperando sentir sus suaves labios otra vez sobre los míos.

(*)

A la mañana siguiente, desperté como siempre y bajé a la cocina. Mamá estaba allí con la pequeña Megan en sus brazos. Mi hermana es una dulzura y es la personita que más quiero. Sonará cursi, viniendo de un chico pero es así. La vi nacer y espero verla crecer también.

Les sonreí a las dos y Megan poso sus enormes ojos verdes en mi. Alargó sus cortos brazos y balbuceo algo intendible. La atrai hasta mis brazos y la meci suavemente. Apenas tenía 3 años. Para mi siempre será mi pequeña.

-Hijo... quiero que lleves a tu hermanita al parque, tengo doble turno.-Asentí sonriente y preparé mi desayuno.

-Mano... ero.-Dijo la pequeña Megan en mi oído.

-Yo también te quiero Meg.-Le di un sonoro beso en la mejilla y ella río.

Adoro estos momentos.

(*)

Prepare el carrito de Megan con todas las cosas necesarias para pasar una tarde con ella. Cuando todo estaba revisado, la puse bien asegurada y salimos dirigiéndonos al parque.

Tenia miles de ojos en Megan, ya que estaba jugando con unos niños en la cajita de arena. No quería que le hicieran nada malo y si tenia que golpear a alguien, lo haría.

Pero de pronto todo se paró. Se congeló. La vi.

A la persona que menos quería ver, muy a mi pesar. Estaba a unos pocos metros de alli, caminaba tranquilamente. Llevaba un vestido que le llegaba dos dedos más arriba de las rodillas. Le quedaba holgado y escondía las perfectas curvas que tenia y tanto había visto. Su pelo se mecia suavemente con el poco viento que habia y observaba todo con brillo en los ojos.

Intente no mirarla más y voltee a ver a Meg. La deje apartada durante un rato y temía que le hubiera pasado algo. Si, soy esa clase de chicos: potectores con lo que es de su propiedad.

Me llené de horror cuando vi que Megan estaba llorando y se cogia con una mano su brazo izquierdo. Corrí hacia ella con el ceño fruncido.

-¿Que te ha pasado Meg?-Le pregunté cariñosamente mientras la cogia y la ponía en mis brazos. Su cara estaba rojo debido al llanto y apretaba sus labios haciendo un pucherito. Limpié sus lágrimas y me miró.

-Modido.-Señaló con el brazo bueno a una niña de cabello negro que jugaba con un camión alegremente. Me puse furioso de pronto, pero sabía que por más ganas que tuviera no podía golpear a nadie. Eran sólo bebés.

Volví hacia donde estaba y como una bala empuje el carrito de Megan. Tal vez con demasiada fuerza, pues empuje a un cuerpo. Provocando que el carrito se quedara atascado. Quería resoplar y bufar por la persona que se puso en mi camino pero esta hablo e hizo que quisiera soltar una risilla.

-Oh vamos. Una no puede darse un paseo sin que sea atropellada por un carrito loco.-Pero entonces Megan se puso a reír a carcajadas y vi como Camila se levantaba y miraba a mi hermana con ilusión. No se percató de que yo estaba tras ese carrito loco.

-Pequeña... tus ojos, son preciosos.-Cuando dijo eso una sonrisa paso por mi cara. Eso quería decir que mis ojos le gustaban. Y no se porque me llenaba de alegría.

Levantó la mirada y sus ojos se oscureciendo al verme. Se le borró la sonrisa y sus mejillas cogieron un color rosado, adorable. Mi sonrisa se ensancho.

-Gupa.-Meg miraba a Camila mientras que ella me miraba a mi.

-Megan te presento a Camila. Es la hermana de Luke.-Ella se puso a dar palmas muy alegre. Y pensar que hace un momento estaba llorando...

-Hola Megan.-Saludo tímida Camila. Sus mejillas ya tenían su color normal por desgracia. Me parecían muy tiernas.

-¿Es tu hermana?-Me preguntó ahora mirándome.

-Sí.

-Tenéis unos ojos... iguales.-Dijo sonriendo. No me había dado cuenta que habíamos empezado a caminar. Ella caminaba a mi lado y mi hermana nos miraba desde abajo.

-Los míos son mejores.-Sonreí orgulloso. Ella río.

-Y también tienes un ego bastante subidito, espero que Megan no sea así también.-Parecíamos dos personas diferentes,hablando como la gente normal. Parecía que ella había olvidado el percance de ayer. Y en parte se lo agradecía.

No se cuando paso, pero Camila iba "hablando" con Meg y las dos reian.

Empecé a prestar un poco de atención.

-¿Cuantos años tienes, Megan?-Golpee el brazo de Camila sin querer y ella me miró por un segundo. Le sostuve la mirada hasta que ella la apartó para ponerle toda su atención a mi hermana.

-Tes.-Megan le puso tres dedos y se los mostró a Camila.

-Eres muy mayor.-Le sonrió Camila.-Sabes, eres una niña muy guapa.

-Cómo su hermano.-Quise hacer rabiar a Camila y lo logré. Ella se volteo y sonrió.

-Arrogante.-Dijo.

-Niñita.-Conteste.

-Mujeriego.

-Infantil.

-Egocen... espera. ¿Infantil?-Dijo ella sorprendida.

-Sí, eres una niñita.-Sonreí con superioridad.

-Solo tengo un año menos que tú.-Respondió.

Y asi empezó una disputa entre ella y yo. Mientras la pequeña Megan nos observaba curiosa.

Espero que les guste. Gracias por los votos y feliz nocheee

El Amigo De Mi Hermano (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora