Capítulo corregido
Ada Lancaster
Entré al consultorio justo a las diez de la mañana como me lo había pedido Steve, pude verlo hablando con alguien, era un ¿chico?
—¡Ya verás que va a amarme como todos aquí!— Escuché que le dijo el joven a Steve —No por nada soy el más agradable de este lugar.
—Sí Shawn, seguro que va a amarte.
Aclaré mi garganta para que se dieran cuenta de que estaba allí.
—Ada, buenos días,— saludó mi doctor —te ves radiante hoy.— Sonreí.—Bueno, como te lo prometí ayer, hoy te voy a presentar a alguien muy especial— se movió de su lugar y pude ver al chico.
Tenía cabello ligeramente ondulado y castaño, perfectamente peinado, además de unos grandes y expresivos ojos cafés.
—Él es Shawn,— el chico saludó moviendo su mano efusivamente —y es uno de tus compañeros aquí, es un gran chico, así que seguramente va a agradarte.
—Hola,— habló el menor —soy Shawn Smith y es un gran placer conocerte. Steve me dijo que podía estar contigo, tengo muchos amigos, pero a veces ellos no pueden juntarse conmigo. Él me dijo que tal vez tú quieras ser mi nueva amiga, ya sabes, podemos comer juntos, caminar juntos, leer juntos y todas esas cosas que hacen los amigos.
Él definitivamente jamás había tenido un amigo.
—¿Quieres?— su mirada fue tan suplicante que no pude decir que no. Asentí sonriendo.
—Muy bien,— añadió Steve con una extraña mueca —ahora que ya aceptaron ser amigos, pueden ir afuera a conocerse mejor.
—¡Sí! Vamos, vamos— el chico pasó a mi lado y entrelazó su brazo con el mío, no sé qué pasó, pero por alguna razón, no me sentí incómoda con su tacto.
—Shawn, ¿qué hablamos hace rato?— reprendió Steve.
—Lo siento, lo siento, sin contacto.— Me miró apenado. —¿Vamos?
Asentí, y sin saber cómo pasó, yo misma volví a entrelazar nuestros brazos un poco nerviosa, él no era mucho más alto que yo, por lo que no tuve problema cuando lo miré y traté de sonreír.
Él sonrió mostrando su blanca dentadura y comenzó a caminar alegremente en los pasillos, poco después, salimos a los jardines.
—¿Tú no hablas mucho, verdad?— me encogí de hombros con una sonrisa —No importa si no hablas, yo hablo un montón, entonces yo puedo hablar por los dos -asentí.
No sabía porque de repente me sentía tan bien.
Saqué mi notebook y con una seña le pedí que esperara.
— "Me llamo Ada, mucho gusto".
—¡Wow! Tienes una cosa de esas súper cool. Ya me caes mejor que hace rato.
— "Gracias. También me caes muy bien".
—¿En serio? Que bueno, tenía miedo de que no quisieras ser mi amiga. Tengo muchos amigos, pero ellos a veces dejan de hablarme o me tratan mal.
Me sentí mal por él.
—Como sea, mejor hay que hablar de nosotros. Los amigos se cuentan todo de ellos, así que empieza tú.
— "Me llamo Adabelle Lancaster, tengo veinte años y antes de venir aquí estudiaba relaciones públicas en la Universidad Nacional de Canadá. Me gusta la escritura y soy buena cocinando, disfruto mucho de cuidar mi cuerpo, hacer ejercicio, rutinas de cuidado de la piel y esas cosas"— escribí con entusiasmo, me agradaba tener un amigo.
—Que increíble. Yo también amo consentir mi cuerpo. Cuando quieras puedo pasarte mi rutina de skin care. Bueno, siguiendo con lo otro, ya sabes mi nombre, eh, tengo diecinueve, o bueno, esos años tengo yo, mi cuerpo tiene veintitrés años ¿me explico? —Asentí sin comprender.
>>En mi cabeza,— señaló su cráneo —hay otro yo, o sea, no otro yo, porque yo soy inigualable pero sí hay alguien más, se llama James, a veces sale, aunque no le gustan mucho las personas y por eso siempre me deja salir a mí, además, yo soy más guapo. Él sí tiene veintitrés años, ya está viejo. Es como un anciano cascarrabias, pero seguro que cuando lo conozcas, ambos se van a caer muy bien.
A lo que entendí, el chico tenía una condición que lo hacía creer que había alguien más en su cabeza, o también podría ser trastorno de identidad disociativo. Debía preguntarle a Steve.
No tomé mucha importancia, si estábamos en un centro psiquiátrico no iba a encontrar personas muy cuerdas, incluyéndome.
Hablamos un poco más, por decirlo así. Shawn era un chico muy agradable, algo hablador, pero siempre era prudente y correcto, no entendía como no tenía más amigos allí.
Después de un rato, a lo lejos vimos pasar al hombre del libro. Hades o algo así.
—¿Está guapo, verdad?— preguntó Shawn a mi lado, lo miré frunciendo el ceño —Hades, es muy guapo. Creo que a la mayoría de chicas y a alguno que otro chico nos parece muy atractivo— dijo alargando la "u" —Es hermoso, pero no te acerques a él.
— "¿Por qué?"— no me había resultado tan desagradable.
—Ay no,— cubrió su rostro —ya te gustó a ti también.— Negué. —Hay rumores, nada está comprobado, pero dicen que tiene negocios.
Lo miré sin entender.
—Negocios no muy legales,— abrí los ojos, sorprendida —por eso es mejor sólo admirar su belleza de lejos.
—"¿Tú crees que eso sea cierto?"
—No lo sé, la gente habla mucho. Pero por si sí o por si no, mejor no te acerques a él, Es como si él mismo con esa actitud que tiene dijera: Aléjate de mí, soy Hades Cavalli y te puedo entregar al cielo o mandar al infierno con sólo chasquear mis dedos.
— "¿Tan malo es?"
—Sólo mantente alejada.
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Cuando dejes de amarme ©
RomanceUn hospital psiquiátrico, un trato que cumplir y dos corazones buscando consuelo. A veces, el amor llega cuando menos lo esperas, en un segundo, en un susurro, tan sigiloso como el viento. Hades y Ada aprenderán que se puede encontrar el amor en d...