Capítulo corregido
Hades Cavalli
Un plan.
Un puto plan que debía seguir para conseguirlo.
Ya lo decía Gandhi, la satisfacción radica en el esfuerzo, no en el logro. Aunque yo discrepaba un poco.
Además, no era como si me estuviera esforzando demasiado. La chica me lo ponía fácil. Su padre me había advertido que sería difícil ganar su confianza, pero no me estaba costando nada.
Unos cuantos regalos más y otro poco de atención y la tendría a mis pies.
Todas caían al final.
Y si no, no había nada que un poco de dinero y una buena cogida no arreglaran.
En mi habitación, me recosté otro poco, faltaban unas horas para que amaneciera y debía descansar.
Intenté dormir, más no pude conciliar el sueño. El jodido recuerdo de su sonrisa cuando miró los libros apareció de repente haciéndome abrir los ojos al instante.
Es sólo un peón más.
Me repetía una y otra vez, más el maldito aroma de su cabello todavía me picaba en la nariz.
No es más que un plan.
°
Me encontraba vagando por los pasillos, había hablado con mi padre minutos atrás y mi humor no era de lo mejor. Él jamás reconocería mis logros, siempre había sido muy poco para él. Jamás lo que él quería.
Era un imbécil. Y yo también por seguir esperando un poco del cariño que jamás recibí de su parte.
Siempre me decía a mí mismo que hacía todo esto con los Lancaster para que papá me cediera el dominio de la empresa del abuelo, pero en el fondo sabía que también lo hacía por él, para ver si esta vez era suficiente.
Salí del centro con la intención de despejarme, estar ahí por meros intereses tenía ventajas, como poder largarme siempre que quisiera, con la condición de no pasar los límites de la ciudad o el rastreador que mi padre había puesto en mi tobillo comenzaría a enviar descargas eléctricas a mi cuerpo.
Como las que sentía cada vez que la tocaba.
Sacudí mi cabeza alejando los pensamientos intrusivos. No eran más que eso.
Salí de mi prisión provisional en mi auto después de cambiar mi ropa por una camisa y un pantalón, no habría renunciado a mi estilo de vida por nada, ni siquiera por papá.
Me dirigí al centro de la ciudad, necesitaba un respiro.
Entré a algunas tiendas y compré algunas cosas, entre ellas un abrigo nuevo. Estaba por salir de la tienda de ropa cuando una prenda en particular captó mi atención.
Un suéter rosa.
Me acerqué a él y lo tomé, la tela era suave y era perfecto para el frío. Lo dejé en el estante al ver el rumbo de mis pensamientos, más, cuando estaba formado para pagar, no pude evitar regresar y tomarlo para llevarlo conmigo.
Le quedaría perfecto. Jamás la había visto usar rosa, pero estaba seguro de que le luciría muy bien.
Me vi tentado a regresar la prenda, pero pagué antes de arrepentirme. Era una estrategia para el plan.
El plan y sólo eso.
Salí de la tienda con las bolsas en las manos y estaba por irme cuando pasé frente a una librería. En la vitrina exhibían algunos títulos muy buenos, entre ellos uno de mis favoritos El amor en tiempos de cólera de García Márquez. No era un gran fan suyo, pero ese libro en especial me encantaba.
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Cuando dejes de amarme ©
RomanceUn hospital psiquiátrico, un trato que cumplir y dos corazones buscando consuelo. A veces, el amor llega cuando menos lo esperas, en un segundo, en un susurro, tan sigiloso como el viento. Hades y Ada aprenderán que se puede encontrar el amor en d...