7. Empezar

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Capítulo corregido

Ada Lancaster

Después del incidente, regresé a mi habitación un poco contrariada, sabía que Shawn sufría de algo fuerte, pero jamás imaginé que llegaría a tal punto a pesar de que ya me habían comentado de ello.

Habían pasado dos días, no había vuelto a ver a Shawn. Steve me había dicho que el episodio fue un poco fuerte para él y que, además, se sentía culpable por lo que había hecho James. Intenté ir a verlo, pero Steve me recomendó darle su espacio.

No negaré que lo que pasó me aterró, pero sabía que Shawn no era culpable de nada, ni su otra personalidad en realidad, así que no había resentimientos de mi parte.

Me encontraba tirada en el pasto, el día estaba soleado y lindo. Estaba escribiendo en mi tableta. La escritura era mi pasión.

Me encantaba escribir todo tipo de textos, por lo que estaba trabajando en uno de mis proyectos más importantes, una recopilación de cuentos para niños de mi autoría que llevaba escribiendo desde tiempo atrás, cuando las letras se volvieron mi lugar seguro.

—Hola— la repentina voz a mi lado hizo que saltara en mi lugar, dejando caer mi tableta y mi lápiz.

Al girar vi a una chica, tenía el cabello negro y unos expresivos ojos verdes.

—Bueno— continuó —te vi sola aquí y quise acercarme a saludar, eres la nueva ¿no?— asentí —sí, había escuchado unas cuantas cosas sobre ti— la miré inquisitiva. —Soy Clarisse, puedes llamarme Clara, o Lissie, el que prefieras está bien.

— "Hola, soy Adabelle"— escribí al ver su amabilidad.

—Me encanta tu tableta, siempre quise una así, pero mi madre decía que esos aparatos matarían las pocas neuronas que me quedaban— la miré rápidamente, pero ella sonreía. —Mi mamá nunca me quiso, siempre decía que hubiera preferido abortarme— rió después de decir aquello, lo cual me confundió. —En fin, cosas que pasan. ¿Qué hacías?

— "Nada, en realidad. No hay mucho que hacer aquí"— comenté, no era muy abierta a las personas en cuanto a mis escritos.

—Sí, ya sé— suspiró. —Hoy es el día de convivencia,— la miré extrañada — cada jueves hay diferentes actividades para nosotros, incluso a veces dejan salir a los inquilinos del edificio dos y el tres, hoy en el jardín principal hay servicio de spa y salón de belleza, justo iba para allá cuando te vi, ¿quieres venir conmigo?

Sopesé mis opciones, no tenía nada mejor que hacer, sonaba como una buena idea y la chica era amable, tanto que ni siquiera me preguntó nada sobre mi falta de habla. Asentí sonriendo.

Ella se puso de pie y me extendió su mano, la tomé con duda y me ayudó a levantarme, poco después se agachó, tomó mis cosas del suelo y me las dio con una sonrisa.

— "Gracias".

—De nada, igual fue mi culpa que se cayeran así que,— encogió sus hombros —no estaba segura de hablarte ¿sabes?, nunca te había visto con nadie más que con el chico castaño, así que pensé que no querrías venir.

— "¿Cómo sabes que he estado con él?"— mi lado paranoico no pudo evitar preguntar.

—Soy una buena observadora, además, aquí no hay novedades muy seguido, así que es fácil identificar un rostro diferente. No creas que estoy loca o algo así. O bueno, tal vez un poco sí, pero al fin y al cabo todos estamos aquí por algo, ¿no?— rió suavemente después de ello, asentí sonriendo.

— "Me gustan tus ojos"—añadí para seguir la conversación.

—Gracias, tu cabello es muy lindo.— toqué mi mata castaña que llegaba debajo de mis hombros —¿Qué quieres hacer primero? Podemos ir con las manicuristas, escuché que su trabajo es increíble. O podemos ir por un masaje relajante, esos chicos lucen expertos en...—

Cuando dejes de amarme ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora