EPÍLOGO

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Cuatro años después

Enero acababa de dar inicio hace unos cuantos días, todavía se podía sentir el clima frio, haciendo que muchos de los transeúntes, incluyéndome, usáramos grandes abrigos para tratar de apaciguar aquel frio que provocaba no salir de casa.

El fuerte viento chocaba contra mi rostro mientras trataba de apresurar mi paso. Dejé salir un leve sonido de felicidad sintiendo la calidez, una vez estuve dentro de la cafetería.

Miré alrededor hasta que lo encontré esperándome en una de las mesas del fondo, sonreí mientras caminaba hacia donde estaba él.

–Hola– dije tomando asiento frente a él –. Lamento la tardanza– dejé la pequeña bolsa de regalo color turquesa a un lado.

–Hola – sonrió –. No te preocupes, llegué hace poco, así que no esperé mucho– observó la bolsa y parecía verdaderamente curioso, siempre lo había sido.

–Es un regalo para HyoRi– aclaré.

Sonrió ante la mención de la pequeña hija de Hobi.

Muchas cosas habían pasado desde que nos graduamos. Hobi después de su desilusión amorosa con JaeBum, con quien nunca tuvo algo; conoció a una tierna chica llamada JeongHwa, con quien inició una relación y al poco tiempo, contrajeron matrimonio, no mucho después, la pequeña HyoRi llegó, de quien soy su tío favorito, a pesar de lo que los demás chicos digan.

Nam y JiMin, siguen juntos, a pesar de que no todo ha sido miel sobre hojuelas, cada vez que han tenido algún desacuerdo, lo solucionan rápidamente, se aman y con el paso del tiempo, parece que ese amor solo se ha ido fortaleciendo.

Tae y Jin, lo tomaron con bastante calma, les llevó un año decidir oficializar su relación, desde entonces han estado juntos, siendo un par de cursis a los que solemos molestar cada vez que nos reunimos.

Todos han encontrado su felicidad y saber eso, me alegraba en demasía, después de todo, durante mis momentos más difíciles, estuvieron a mi lado, apoyándome y sosteniéndome, así que lo menos que podía hacer era ser feliz por ellos.

Eso no significa que yo no haya encontrado mi propia felicidad, tal vez era una manera distinta de la de ellos, pero no podía estar más agradecido del rumbo que ha tomado mi vida. Tengo un trabajo que me encanta, amigos y familia que me aman y a los que amo de igual manera, y, sobre todo, he aprendido a amarme más que nada.

La voz de la mesera cortó mi línea de pensamientos, tomó nuestros pedidos y nos dejó solos nuevamente una vez anotó todo.

–Entonces, ¿Cómo te va en tu trabajo?– pregunté.

–Bien, he tenido bastante trabajo, lo cual es bueno porque significa que lo estoy haciendo bien y al parecer a las personas les gusta lo que hago– se encogió de hombros.

Sabía que debía haber sido algo difícil al inicio pues él había decidido abrir su propio estudio de fotografía, así que saber que estaba logrando lo que siempre había soñado, me alegraba mucho.

–Seguro que sí, eres muy talentoso– aseguré mientras sonreía.

–Gracias Yoonie– pude ver un leve sonrojo en sus mejillas, sabía lo mucho que lo avergonzaba que las personas recalcaran lo talentoso que es.

–No tienes que agradecerme, es la verdad, Kook– dejé una leve caricia en su mano la cual había estado sobre la mesa.

Después de todo lo que sucedió con nosotros, me llevó un tiempo perdonarlo, pero había comenzado un cambio en mi vida, y el último paso para alcanzar esa paz que tanto necesitaba, fue dejar todo rencor atrás, eso por supuesto incluyó perdonar a JungKook, y de paso a SeolHyun, quien nunca se disculpó, pero a pesar de todo, dejé cualquier resentimiento en el pasado, no era bueno para mí, había comprendido después de un tiempo, que ponerme primero a mi y a mi estabilidad emocional, así que todos esos sentimientos negativos, no iban a servir de nada en mi vida.

Fue en el cumpleaños de Nam, después de casi dos años sin vernos y sin hablar, que JungKook y yo, nos reencontramos, él había limado asperezas con los otros chicos, así que realmente no había estado muy alejado de ellos durante mucho tiempo, pero por supuesto conmigo la historia había sido diferente, pues tal como se lo había pedido, respetó mi decisión de alejarme.

En la fiesta hablamos tranquilamente y pudimos aclarar todo, me pidió perdón y decidimos comenzar desde cero, así que empezamos a conocernos nuevamente, ha sido difícil volver a construir la confianza en él, pero es algo en lo que estamos trabajando.

Somos solo amigos y no sé lo que el futuro nos tenga preparado, los dos hemos crecido y madurado, así que no podía asegurar nada en cuanto a nuestra relación, el destino haría lo suyo; por el momento me concentro en el ahora, donde lo tengo frente a mí, mostrándome su linda y brillante sonrisa, mientras me habla de las cosas interesantes que le han pasado desde la última vez que nos vimos. Me hace feliz verlo de esa manera, porque el dolor y el rencor ya no hacían eco en mi corazón, y definitivamente, ya no deseaba verlo llorar por mí.  

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Ahora sí, está historia ha terminado. No les mentiré, mientras escribía el epílogo estuve con un nudo en la garganta todo el rato, es que me había encariñado tanto con la historia que darle un final, me emocionó. 

Como ya sabrán, no tengo mucha experiencia escribiendo, pero es una manera que encontré para poder despejarme, además disfruto mucho haciéndolo, por lo que estoy muy agradecida por todo el apoyo que le han dado al fanfic, gracias por todos los votos y comentarios, aunque no suela contestarlos, sepan que leo todos y en serio agradezco las palabras bonitas que me han dejado.

P.D : Tengo una idea para una historia bastante cliché debo decir, pero que aun estoy desarrollando, así que espero que cuando la publique puedan darle apoyo. 

P.D 2: Nuevamente, muchas gracias por leer <3

Cry For Me ●KookGi●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora