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Ser una persona como él era demasiado complicado. Apenas iba a cumplir veinte años, y ya era una persona tan vacía y con ganas crecientes de abandonar la vida. Nada le podía satisfacer, en nada encontraba un motivo para seguir adelante, solo quería morir de una forma pulcra sin dar mayores molestias.
Solo tenía diecinueve años y ya había gastado todas aquellas cosas que a los humanos les parecían placenteras.
Sexo. Alcohol. Asesinato.
Eso y mil cosas habían pasado por él, sus manos estaban tan manchadas de sangre y de lo único que se arrepentía era de ya no gozarlo como antes... Necesitaba una noche de tragos para desahogar sus problemas. Así que alquilo en su totalidad el bar en qué conoció al antíguo jefe de la mafia. Solo permanecería ese cantinero que servía cuando él tenía catorce años, aunque tenía casi seis años sin pisar ese lugar, seguramente ya no era el bohemio lugar de sus recuerdos, tal vez era ya un bar moderno, pero igualmente sus memorias yacian instaladas entre esas paredes oscuras. Y el las visitaría para revivir a aquel niño que creía que encontraría un motivo para vivir en ese camino lleno de sangre. Le platicaria a la nada que nuevamente está en busca de la anhelada muerte que lo liberaría de toda esa inmundicia humana.
Entonces, cuando entro en el bar rodeado de todos sus subordinados y guardaespaldas pudo ver a esa persona.
¿Alguien nuevo a quien llevar a la cama?
Tal vez. Esos labios rosados lucían como un exquisito manjar a la vista, ese cabello naranjo se vería espectacular enredado entre sus dedos.
Sin embargo no se acercó, prefería deleitarse a la distancia antes de parecer un hombre urgido por la atención.
El chico hacia con destreza su trabajo, no parecía poner atención a nada más que no fueran las botellas de licor con las que le mandaba preparar cócteles, esos dedos largos que formaban parte de sus delgadas manos se verían muy bien al rededor de su cuello, de eso estaba seguro.
Fue una noche extremadamente interesante, conoció a esa persona a la que quedó prendado de inmediato, necesitaba saber más de él, necesitaba verlo constantemente, necesitaba...
A él...
Por ello mismo lo siguió hasta su departamento cuando abandono el bar, por ello mismo se metió en el edificio y tocó su puerta.
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