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Aquella llamada lo había tomado por sorpresa, la esperaba, más no creía que sucedería.

Esperaba que Chuuya se apoyará en sus otros amigos.

Tal vez había comenzado a entender que él era el único con el que podía contar.

Cuando llegó al departamento de Chuuya este lo recibió con un expresión vacía.

—¿Estás bien? —tal vez esa pregunta fue un poco hipócrita, pues, no podía importarle nada más que no fuera la cercania del pelirrojo, pero se había visto obligado a preguntar para que Chuuya no pensará mal de él.

—No lo sé.

—Yo... Realmente lo siento...

El pelirrojo se hizo a un lado para dejarlo pasar, Dazai entró al departamento, recordando la primera noche en que estuvo dentro, todo estaba apagado, y estaba muchísimo más desordenado, realmente se estaba acostumbrando ya al lugar.

—Antes de que él se fuera... Discutíamos... Paul quería que me fuera con él a Europa. Pero ni siquiera me preguntó si yo quería irme con él. Quería que renunciará a mi trabajo y nos fuéramos en tres días... Creo que... Debí hacerle caso... Tal vez, si le hubiera hecho caso... Tal vez de hubiera quedado aquí por más tiempo... Posiblemente hubieran asesinado a alguien más.

—Chuuya... Nada de lo que pasó con tu hermano fue tu culpa, muchas veces estas son cosas que pueden sucederle a cualquiera... Y no es culpa de nadie. La muerte de tu hermano estuvo fuera de tu control, no pudiste hacer nada para evitarlo, o para provocarlo.

—... Pero... Yo...

Chuuya no dijo nada más, se quedó inmerso en su propia mente, Dazai lo observó, lo observó con tanta atención que podía ver de forma clara las cicatrices en su rostro y los lunares que tenía. Su mejilla estaba surcada por cicatrices variadas, algunas seguramente habían sido creadas por él mismo.

Le parecían hermosas...

Pudieron estar sentados durante horas, pero durante ese tiempo Chuuya no se movió para nada, solo parpadeaba, teniendo una discusión con su propia mente.

—¿Por qué no puedo sentir nada? No... No estoy alegre de que Paul muriera, pero tampoco estoy triste... ¿Eso me vuelve alguien malo?

Él no había sentido nada cuando murió su abuelo, tampoco le había afectado la apatía hacía el deceso, pero Chuuya parecía muy afectado por no presentar emoción hacía la muerte de su hermano.

—Hey, Chuuya, es una noticia difícil se digerir, estás confundido y eso no está mal, deja que tus sentimientos se aclaren antes de reprocharte algo... Estaré contigo en todo momento, no importa si lloras o si no puedes hacerlo —Dazai entrelazó su mano con la de Chuuya, que lo apretó con fuerza mientras asentía y miraba nuevamente hacía la nada.

Su mano estaba fría y temblorosa, Dazai puso su otra mano sobre la del pelirrojo en un intento por calentar su piel y reducir el temblor, Chuuya no parecía notarlo, Dazai se preguntaba que estaba ocurriendo dentro de su cabeza.

El temblor en las manos de Chuuya aumentó en cuanto comenzó a sollozar, sus ojos azules se veían más brillantes cuando estaban a punto de desbordarse en lágrimas.

—¿Paul me hubiera perdonado si le hubiera pedido disculpas?

—¿Disculpas por qué, Chuuya?

—Por ser un mal hermano siempre...

—Estoy seguro de que Paul no pensaba eso de ti...

Y si lo pensaba entonces hacía bien ardiendo en el infierno, Chuuya ante su vista era perfecto tal cual era, el único error que había cometido había sido rodearse de gente que no podía verlo.

AN UNHEALTHY OBSESSION -𝙎𝙤𝙪𝙠𝙤𝙠𝙪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora