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Atsushi y Akutagawa estaban en la puerta, en cuanto abrió, pudo verlos a ambos, parecía que desde la muerte de su hermano todos se veían más demacrados, Atsushi, que antes era de apariencia alegre y vibrante, lo miraba con los ojos hundidos, estaba pálido, ojeroso, parecía incluso asustado. Esto sorprendió a Chuuya.

—Oh, Chuuya en verdad estás bien. No sabes lo preocupados que estábamos...

Atsushi lo abrazó, Chuuya sentía que las lágrimas se podían desbordar de sus ojos en cualquier instante, él los invito a entrar.

Cuando los tres estuvieron en la sala, parecían incómodos, ansiosos, ninguno sabía cómo iniciar la conversación.

—¿Todo está bien con ustedes?... Es decir, nunca me visitaron en el hospital. Creí que tal vez algo había sucedido con ustedes.

—Nos hubiera encantado, pero no tenías permitidas las visitas...

—¿Que? —¿Era ese el modo en que intentaban justificarse? No, sabía que Atsushi y Akutagawa no eran ese tipo de personas— Pero, el médico si tenía permitido que me visitaran...

—Hmm... Supongo que la policía opinaba algo distinto, nos dijeron que cuando te encontraron estabas bajo la influencia de varias sustancias así que era preferible no exponerte. Te trataron como a un sospechoso a pesar de que eras la víctima...

—Tal vez tenían la sospecha de que te apuñalaron cuando fuiste a... Comprar o algo así...

—Ustedes saben que yo no consumo nada.

—Claro, te conocemos...

Estuvieron un rato más en silencio, Atsushi parecía ansioso por decir algo, se mordió el interior de la mejilla antes de hablar.

—Chuuya, tal vez... Hmmm.... No lo sé, tengo la sospecha de que todo esto tiene que ver con tu asunto con la mafia portuaria... Y... Creo que ya no solo es asunto tuyo.

—¿Que quieres decir con eso?

Atsushi suspiro con pesadez, antes de desviar la vista con incomodidad.

—A inicios de este año conocí a un hombre que me ofreció dinero por hacer un par de llamadas a la policía... Todo se trataba de llamar, decir algunas fechas, denunciar entregas de armas extranjeras en el puerto... Recibía una buena cantidad de dinero y no creí que me estuviera involucrando del todo en los asuntos de la mafia... Ya que siempre hice todo de forma anónima. Luego del funeral de tu hermano, cuando te ofrecí venir junto a nosotros, encontré en mi habitación una nota de amenaza, descubrieron que fui yo quien denunció todas esas entregas...

Explicó Atsushi, con una mirada cargada de culpabilidad y miedo, esperaba que Chuuya explotará de enojo, o algo similar.

—No tenías que ponerte en riesgo así por un poco de dinero...

Que hipócrita, él era quien bebía con un desconocido solo por qué le ofrecía una buena cantidad de Yenes.

—Lo sé... A lo que voy... Es que esa nota estaba aquí dentro, quien fuera que haya hecho todo esto, desde el principio, estuvo aquí ese día.

Atsushi se estremeció, Akutagawa soltó un gruñido, y Chuuya palideció al considerar esa posibilidad.

—No recuerdo quien estuvo aquí ese día...

Aunque no eran demasiado sociables, mucha gente había asistido a la ceremonia fúnebre de Paul, algunos de sus compañeros de la universidad, Chuuya se estremeció, su herida dolió por la tensión que se creo en su estómago.

—Afortunadamente nada malo me ha pasado desde que me fui de aquí, creo que deberías hacerlo también, Chuuya, mi propuesta sigue en pie, ¿Quieres venir con nosotros?.

—Nuestra casa es suficientemente grande para los cuatro. —añadió Akutagawa.

Chuuya negó con la cabeza, realmente era alguien reacio a conseguir ayuda, Atsushi estuvo a punto de decir algo antes de que él le interrunpiera.

—No, descuiden, me iré pronto... Hace un rato me llamo Arthur Rimbaud, el novio de Paul... Él... Me contó sobre algunos planes de Paul, entre los que se incluía comprar un departamento para mí en una zona más segura...

(...)

¿Alguien sabe cuántos capitulos llevamos sin que alguien muera? ¿Están preparados para el siguiente muerto?

AN UNHEALTHY OBSESSION -𝙎𝙤𝙪𝙠𝙤𝙠𝙪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora