ＡＮ ＵＮＨＥＡＬＴＨＹ ＯＢＳＥＳＳＩＯＮ -𝙎𝙤𝙪𝙠𝙤𝙠𝙪

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Más rápido que McQueen este ctm hizo cuatro actualizaciones en un día

(...)

Al llegar al departamento una pesada sensación de incomodidad se sembró en sus hombros.

Era algo ya recurrente desde aquella noche, pero la sensación de estar siendo observado se hizo mucho más intensa conforme se fue adentrando en el lugar.

Su respiración era pesada, su vista le decía que solo Atsushi y él estaban en el departamento, pero algo le decía que no estaban solos, era como si una pesada bruma se asentará sobre sus hombros para infundir miedo y se alimentará del mismo para seguir asfixiandolo con cada vez más fuerza.

—Chuuya, ¿Viste mis llaves? Creí que aquí estaban cuando salí está mañana... No recuerdo si las lleve o las dejé aquí...

No era algo raro que Atsushi perdiera sus llaves, más de cinco veces tuvieron que pedir un duplicado por qué el despistado chico las perdía en cualquier lado, cuando Akutagawa le regaló un pequeño dragón de peluche para que estuviera pendiente de él y de no perderlo se había solucionado el problema. Sin embargo está vez no se sentía como algo que hubiera sucedido normalmente, casi todo había perdido el sentido de normalidad desde aquella noche.

—No, está vez no las ví... ¿Vas a salir? Yo puedo abrir después.

—Gin me pidió acompañarla a la lavandería ya que ambos descansamos hoy... El problema no es ese, es decir... Pensaba pasar la noche con Ryuu, solo me asusta haber perdido su regalo...

—Las encontraremos después, es seguro, tal vez las dejaste en la tienda ayer cuando terminó tu turno, o deben estar debajo de algún sofá.

—Si, tal vez es eso... Ah, iré a preparar algo de ropa, ¿Quieres venir? Le avisaré a Gin.

—No, estoy bien, hoy tengo que hablar con Paul, iré a la tienda por algo para comer... ¿Tú quieres algo?

—Estoy bien, luego de la lavandería Gin y yo compraremos comida para cenar con Ryuu. Ten cuidado, si pasa algo me llamaras, ¿Verdad?

—Serás el primero a quien llame.

Atsushi sonrió y se dirigió a su habitación, mientras él se dirigía a la puerta, un escalofrío recorrió su espina dorsal al fijar su vista en la mirilla.

No importaba, tenía que seguir con su día para que Atsushi no notara que seguía afectado.

En la tienda miraba la variedad de ramen instantáneo que le ofrecía el aparador cómo si fuera un misterio de gran profundidad.

—Yo digo que compres el picante. Claro si te gusta el picante, en lo personal es de mis favoritos.

Miro de reojo al chico de cabellera dorada que recogía algunos tazones de ramen y le pasaba por un lado.

Chuuya tomó el picante sugerido, aquel rubio le había transmitido una sensación de confianza con una simple frase, iba sonriendo y caminando despreocupado, mientras tomaba algunas sodas de un refrigerador y productos lácteos de otro.

—¿Piensas comer todo eso ahora? —preguntó para romper el silencio y hacerle conversación al rubio.

—No, me mudé recientemente y quiero algo de comida para la semana. Mis ahorros solo pueden costear comida chatarra mientras consigo un buen trabajo.

—¿Vienes de muy lejos?

—Vengo de muchos lugares, el mes pasado estuve en Inglaterra, pero me quiero quedar aquí por un tiempo.

—¿En qué edificio vives? La zona está un poco insegura últimamente.

—Sé defenderme chico, y para no dejarte con la duda vivo en el edificio de enfrente, en el segundo piso.

Ese era el edificio donde él vivía, eso lo preocupo un poco.

—Yo también vivo ahí, supongo que seremos vecinos.

—¡Que genial! Es bueno encontrar gente agradable en el mismo edificio —dijo el rubio mientras extendía los billetes para pagar su comida, luego de que la cajera pusiera sus consumibles en una bolsa de papel se alejo sin decir nada.

—¡Oye! No me dijiste tu nombre —le recordó Chuuya al verlo avanzar mientras silbaba una canción.

—¡Oh! Soy Albatross, búscame en el 10B si necesitas algo.

Antes de pagar su comida Chuuya lo vio alejarse con una sonrisa, Albatross parecía agradable, sería una lástima que él estaba pensando en mudarse pronto.

(...)

Feliz Halloween!