—¡Kagami! ¡Por aquí!
Aquel llamado atrajo la atención de la japonesa, quién se giró para encontrarse con unos ojos amatista que la miraban con emoción.
Clara señaló un par de sillas y una mesa en medio del patio, con una sombrilla para cubrirlos del sol. Además, sobre la mesa había una jarra con limonada y dos vasos de vidrio.
Extraño. Eso no estaba ahí hace un segundo.
—¿Te pareces si hablamos un rato? —preguntó ella.
Kagami asintió y se encaminó a la mesa que juraría apareció de un momento para otro, para proceder a sentarse en la silla simple, pero extrañamente cómoda a pesar de que era de madera y no tenía ningún cojín.
Mirando la jarra con limonada, se preguntó si debería servirse un poco. El combate anterior con Adrien la dejó con un poco de sed. Aunque no moriría deshidratada en la brevedad, quería tomar algún líquido para recuperarse un poco.
Clara le susurró al oído a una chica de cabello azabache arreglado en coletas, quien al igual que ellas portaba el uniforme de esgrima, y dándole unas palmaditas en la espalda la empujó ligeramente para indicarle que debía ir a algún lado. Después se acercó a la mesa donde Kagami ya la esperaba.
Kagami se preguntó si esa chica era una de las amigas de Clara. Dado la forma en que Clara se acercó tan amistosamente a la de coletas, debería ser así. Y como usaba uniforme, si no era una estudiante al menos aspiraba a serlo.
—¿Todo bien, Kagami? —preguntó Clara, ya habiéndose sentado frente a ella.
—Sí —respondió Kagami simple—. ¿De qué querías hablar conmigo?
—¡Qué fría! —exclamó Clara fingiendo estar ofendida (algo bastante obvio para Kagami)—. ¿Tiene que haber una razón para que quiera hablar contigo?
—Sí —dijo Kagami una vez más.
En momentos como estos Kagami desearía poder ser más sociable o amigable. Estaba poniendo en riesgo la posibilidad de hacer su primera amiga por culpa de su nula habilidad social. Ya no le extrañaba que en su anterior escuela la apodaran como la "Reina de Hielo".
—Bueno, pues sí que hay una razón por la que te llamé —Clara se encogió de hombros—. Pero no es nada malo, solo quería intercambiar números de teléfono contigo, ¿qué me dices?
—Ah...
Kagami no sabía qué responder. Nunca le había dado su número telefónico a alguien. La única persona que tenía registrada era a su madre, y solo su madre tenía su número. Tatsu también lo tenía, pero no contaba como persona.
—¡Vamos, Kagami-chan! —pidió la castaña juntando las manos.
Kagami dudó un momento, pero al final, sacó su teléfono de su mochila (que recuperó de Tatsu hace un rato, cuando terminó de inscribirse a la academia oficialmente). Hizo el gesto de entregárselo, pero Clara amablemente lo rechazó.
—Anda, revísalo.
Confundida e intrigada Kagami hizo lo que se le pidió, no encontrando nada raro en su teléfono al principio, pero eso fue hasta que revisó su lista de contactos.
Dónde antes solo estaba el número de su madre y Tatsu, ahora había otro contacto, registrado como "Amiguis".
—¿Cómo hiciste eso? —preguntó Kagami.
En ningún momento se había alejado de su mochila. Todo el tiempo la estuvo cargando, por lo que era imposible que Clara hubiera sacado el teléfono, registrado su número y lo hubiera regresado sin que se diera cuenta. Además, era imposible desbloquear el teléfono si no fuera la japonesa quien lo hacía.
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¡Reencarnada En Miraculous Ladybug! [Completa]
FanfictionUna chica, por contestar un extraño correo electrónico, termina reencarnando en un universo paralelo donde Ladybug y Cat Noir son reales, al igual que las amenazas que enfrentan. ¿Qué hará ella una vez conozca a sus héroes? ¿Intentará resolver sus p...