¡Reencarnada En Miraculous Ladybug! [Completa]

Capítulo 37

La madre de Clara, Nicole, se levantaba lentamente de su cómoda y confortable cama, su compañera por las últimas doce horas.

... ¿O había dormido un día entero, solo que no lo recordaba por estar, obviamente, dormida?

No le importaba, mientras más tiempo tuviera para descansar era mejor.

Se frotó los ojos somnolienta y se estiró para intentar reducir un poco la fatiga que tendría que soportar para volver a ese duro trabajo en la compañía: Decirle que hacer a los demás, mientras ella da el ejemplo, trabajando codo a codo con otros empleados. Aunque sería mejor llamarlos subordinados o aprendices.

¡Incluso su hija de catorce años es más lista que ellos!

De inmediato negó el pensamiento. Es injusto comparar a su hija con cualquier otro científico. Según el chisme que Morgan le contó, construyó un portal a Marte en solo un par de días.

Nicole no estaba segura de cómo hizo eso.

¿Cómo una niña puede torcer el tiempo y el espacio a su voluntad para crear un agujero de gusano que puede abrir siempre que quiera?

Tendrá que preguntarle después, le serviría para evitar el tránsito.

Después de treinta minutos teniendo un debate mental sobre si se levantaba o continuaba en los brazos de Morfeo, cerrando los ojos y quedándose dormida sin querer solo para despertar minutos después, Nicole revisó el reloj despertador con temática de Ladybug que le regaló su hija, que estaba en una mesita al lado de la cama.

"Tres de la mañana..."

A este ritmo llegaría tarde al trabajo.

Se levantó de la cama de un brinco, demostrando una actitud juvenil a pesar de que estaba a mediados de sus treinta, y de inmediato sintió una ráfaga de viento helado que la hizo retorcerse.

Se abrazó a sí misma por el frío polar que la asaltó, y miró hacia abajo para ver cómo estaba vestida. Solo entonces recordó que se había quedado dormida en ropa interior después de tomar una agradable ducha el día anterior.

Aguantando el frío, corrió de puntillas al baño para no hacer demasiado ruido.

Una vez en el baño, un lugar más grande que la sala de un apartamento pequeño, y con el beneficio de que ahí estaba más cálido que su habitación, se miró en el espejo.

"¡Hmm! Nena, estás que ardes."

Lanzó un beso a su propio reflejo y luego sonrió mientras guiñaba un ojo de forma coqueta, demostrando una gran confianza y sensualidad al mismo tiempo.

Las mujeres en la familia Brookes no son muy conocidas por su gran humildad.

Después, cepilló sus dientes y se lavó la cara con agua fría para despertarse por completo.

Con sus baterías recargadas, se dió una ducha con agua caliente mientras tarareaba alegremente, contando los días para sus próximas vacaciones.

Cuando terminó de ducharse, y con solo una toalla para ocultar sus activos, se paró frente a su vestidor. Prendas y prendas de ropa se acomodan en distintos cajones, escaparates y colgados aquí y allá. Tal vez, se había pasado un poco la última vez que fue de compras. Llenar un vestidor del tamaño de una pequeña habitación es un gran logro.

Para no complicarse las cosas decidió ponerse lo primero que encontró. Entonces, se vistió con un suéter negro de mangas largas y cuello de tortuga, unos jeans oscuros y tacones altos. Dejó su cabello azabache tal como estaba, sin arreglarlo en un moño o coleta, no era necesario, solo lo peinó un poco. Usa el mismo look al menos cuatro días a la semana.