Capítulo 70

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Habían pasado un par de horas desde que la ciudad fue convertida en un postre, y los héroes, cansados y con los ánimos por los suelos, se encontraban una vez más en dónde comenzaron su búsqueda: la sala del trono.

Buscaron por todo el palacio, y aún así no lograron encontrar la fuente del problema. En la cocina, el lugar más probable en el que estaría el ser mágico causante de todo, estaba llena hasta el techo de diferentes alimentos, y había al menos una docena de clones de Ciel en el lugar, apilando la comida con palas. No había rastro de la criatura, por lo que siguieron buscando, pero sus esfuerzos no rindieron frutos.

Al final, a decision del grupo de búsqueda, fueron con la Reina Ciel una vez más para, con suerte, conseguir alguna otra pista que los guíe a la causa.

La encontraron sentada en el trono, aparentando ser esa digna gobernante que ambos sabían no era ni por asomo. Su personalidad era la de una bromista, juguetona e inquieta; ella, que cuando encuentra algo que sea de su interés, se entretiene tanto como un zorro en un gallinero.

Los héroes avanzaron para estar frente a las escaleras que llevan al trono, mientras las clones de Ciel, Beta y Gamma, se quedaban como guardias en la entrada del salón.

Ciel acomodó su capa con elegancia exagerada. Estaba a punto de hablar, hacer algún chiste sobre el fallo de los héroes en su misión, pero se detuvo abruptamente.

Una pequeña criatura atravesó el piso de caramelo de la sala del trono. Pasó a través de él como si no estuviera allí en primer lugar, y se quedó ahí, flotando en medio de los héroes sorprendidos y la reina decepcionada. Ciel esperaba jugar un poco más, pero parece que su creación tenía otros planes.

La criatura en cuestión era de pequeño estatura, con una cabeza desproporcionada, más grande que su propio cuerpo. Era de un profundo color oscuro, uno que parecía tragar la luz de los alrededores, sus ojos brillaban como una amatista y su cabello se movía como olas en el océano, mostrando estrellas y nebulosas en el interior.

En su frente había un único cuerno, y de su espalda salían un par de alas tan oscuras como el resto de su cuerpo; la descripción más adecuada para tal criatura sería la de un unicornio alado, o un alicornio. De cualquier manera, los héroes estaban demasiado ocupados pensando en otra cosa como para prestarle atención a la apariencia de la criatura, más allá de compararla con aquellos amigos y compañeros que estuvieron con ellos desde el primer día.

Esa criatura les recordaba a sus kwamis. Pero eso debería ser imposible, la heroína de rojo lo sabía muy bien. Los únicos kwamis deberían estar en la Caja Miraculous, a excepción de aquellos en manos de los villanos, y ninguno de ellos era un unicornio.

—¡Eriis! ¿Qué te dije sobre atravesar las paredes? —le dijo Ciel en un falso reproche—. Algún día de estos acabarás viendo por accidente algo que querrás olvidar.

Eriis, su más nueva creación, una criatura mágica similar a un kwami.

Usando la magia de Pollen como fuente de poder, impulsó la máquina que posteriormente crearía un cuerpo para meter la conciencia de Arsenal.

Teniendo en cuenta que tuvo que crear un ser viviente, el Miraculous del Pavo Real y su kwami, Duusu, hubieran sido de gran ayuda, pero tenía problemas para utilizar la joya siendo que antes le perteneció a Emilie, y la misma fue la causa de su estado actual. Incluso si reparaba la joya, la sombra psicológica seguía allí, recordándole la muerte de su amiga; era un sentimiento desagradable.

Entonces miró con cariño a la pequeña criatura que hacía pucheros por ser regañada. Le parecía tierna, mucho más ahora que no está tragando todos los alimentos de la cocina y comedor como una bestia; un efecto secundario por usar sus poderes fue quedar extremadamente hambrienta.

¡Reencarnada En Miraculous Ladybug! [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora