Capítulo 86

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Clara estaba comenzando a aburrirse. Estar atrapada al interior de una barrera mágica no hacía las cosas demasiado divertidas para ella, y como el héroe y el sentimonstruo se alejaron durante su pelea, ella perdió la posibilidad de presenciar ese intercambio, por lo que rápidamente perdió el interés en mantenerse quieta en su lugar.

¿Debería liberarse de una vez? Aunque no pudiera romper la barrera sin amplicar una cantidad considerable de fuerza física, fácilmente podría llamar a Auriel y ella se encargaría de teletransportar a ambas al exterior. Sería fácil y rápido. Además, ver la cara sorprendida del Maestro Fu añadiría un punto extra al asunto...

Clara descartó esa opción en cuanto sintió que su conexión con el sentimonstruo desaparecía. Eso solo significaba una cosa: los héroes se habían deshecho del sentimonstruo. Al parecer, diez minutos fue más que suficiente para completar esa tarea.

Un par de minutos después el dúo heróico de París apareció y se posicionó al lado del Maestro Fu, provocando que una pequeña sonrisa apareciera en el rostro de Clara.

—¿Y ahora qué hacemos con ella? —preguntó Ladybug, mirando con precaución a la mujer dentro de la barrera. Sus aretes emitieron un pequeño pitido, por lo que pronto volvería a su identidad civil, al igual que Chat Noir.

—Quitarle los Miraculous sería el siguiente paso, pero... no sé si eso sea buena idea por ahora. Para hacer eso tendríamos que liberarla de la barrera, y ya sabemos de lo que es capaz —dijo Chat Noir con seriedad. Ladybug y el Maestro Fu estuvieron de acuerdo con él. La mujer ya le había arrebatado el Miraculous a Chat Noir el día anterior, por lo que no podían confiarse—. ¿No podemos hacer que ella misma nos entregue los Miraculous? Si no lo hace, la dejamos en la barrera para siempre.

—¿Para siempre? ¿Acaso sigues resentido porque encajé mi tacón en tu estómago? ¡Eso no fue personal, Sr. Bigotes! —dijo Lady Moth agitando su mano como si se estuviera "disculpando". Los héroes solo la miraron de pasada antes de ignorarla y volver a su conversación.

—Apoyo a Chat Noir, que ella misma nos entregue los Miraculous o se quedará allí para siempre —Ladybug se cruzó de brazos mientras dictaba la sentencia de la villana.

El Maestro Fu no objetó demasiado ante la propuesta de los héroes. Si bien era imposible para él mantener la barrera activa durante tanto tiempo, la villana no tenía que saberlo. Sería una cuestión de quién tendría más paciencia, si él o la villana. Y Fu ya había esperado tanto tiempo, podía esperar un poco más.

Y así se decidió. Los héroes rodearon la barrera que encerraba a la mujer y esperaron a que ella misma entregara las joyas mágicas. De todas formas no tenían nada mejor que hacer además de vigilar a una peligrosa supervillana que amenaza la ciudad.

El tiempo pasó y pasó, y muy pronto habían pasado un par de horas. La villana no mostraba signos de entregar las joyas, y los héroes de pusieron a jugar cartas mientras esperaban. El Maestro Fu traía consigo todas sus pertenencias ya que estaba por salir de la ciudad por culpa de Festín, y eso incluía una baraja de cartas.

—¡Oigan! ¿Puedo jugar? —preguntó la villana, viendo las cartas en manos de los héroes.

—No puedes —dijo el Maestro Fu, tomando una carta y sonriendo. Había conseguido una buena mano—. Aunque te dejaría unirte si me entregas los Miraculous.

—Hmm, me tientas, me tientas... —la villana se llevó una mano a la barbilla, pareciendo pensar las cosas, pero luego negó con la cabeza—. Olvídalo, no estoy tan aburrida.

—Como quieras —dijo el Maestro Fu, volviendo a su juego de cartas.

No fue sino una hora después que uno de los héroes notó una extraña conducta en la villana. Chat Noir se fijó en que la mujer miró su muñeca como si estuviera viendo un reloj, aunque no tenía ninguno puesto. Eso le pareció curioso, ya que conocía a alguien que hacía exactamente ese mismo gesto.

¡Reencarnada En Miraculous Ladybug! [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora