+18 |BAJI|

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au. violencia. sexo. alcohol. fluff. angst.

✧\(>o<)ノ✧

Keisuke Baji era un hombre fuera de lo común. No estaba loco, pero tampoco estaba cuerdo. Su personalidad violenta e impulsiva lo hacían destacar entre la multitud. Se trataba de una incógnita andante. Impredecible. Caótico. Etéreo. Muchas palabras lo podían describir a la perfección. Empático. Apático. Un día era blanco y al otro era negro.

A Mizaki le gustaba pensar en él como una variedad de tonos grises.

Ambos estudiaban en la misma universidad de filosofía y cursaban un par de materias juntos. Nunca habían intercambiado más de dos o tres saludos. Nunca se sentaban juntos. Sus caminos no se cruzaban. Baji no parecía tener amigos y tampoco parecía interesado en hacerlos. Socializar podía llegar a ser una carga más que un disfrute ante sus ojos y por eso, evitaba relacionarse con la gente. Le parecía una pérdida de tiempo. Él ya tenía a sus pilares fuera de la universidad y con eso le bastaba y le sobraba.

Mizaki era muy observadora y últimamente no podía dejar de mirarlo. Parecía un puto príncipe de pies a cabeza con su camisa blanca y su pelo negro suelto. Su caminar era elegante y desinteresado como si ni siquiera lo intentara. Era un hombre muy hermoso de eso no había duda alguna. Sus rasgos faciales eran lo que más resaltaba de todo su físico; sus colmillos; su sonrisa; sus cejas largas y gruesas. A pesar de ser alguien que atraía las miradas de muchos, la mayoría pasaba de él por su personalidad avasallante. En clase no era ni alguien tímido ni alguien extrovertido. Se sentaba adelante del todo, garabateaba en su cuaderno sin hacer el más mínimo sonido y se lo podía ver concentrado con las cejas inquisitivas como si le costara entender lo que copiaba. 

—Deja de mirarlo tanto se te cae la cara de lo patética amiga— la golpeó Hinata Tachibana por debajo de las mesas.—Invitalo a salir, no perdes nada. 

—YAH no se si me gusta de esa forma, sólo me intriga— le contestó Mizaki en un susurro grito volviendo a patearla por debajo de la mesa.—Además es muy fácil decirlo, ¿por qué no vas y lo invitas a salir al rubio ese que tanto te gusta?

Hinata Tachibana creía en el amor a primera vista y eso es lo que le había pasado con Hanagaki Takemichi, otro compañero de clases que siempre estaba riendo y haciendo reír a todos al fondo de la clase. Al escucharla a Mizaki no pudo evitar ponerse como un tomate, de todas formas se levantó rápidamente de su asiento cuando la clase terminó y sin importarle las miradas de todos se acercó como yegua en celo al muchacho.

Takemichi y Mizaki la miraban ambos con la boca semiabierta mientras Hinata se paraba frente a la mesa del rubio y lo miraba expectante.

—¿Te gustaría que tengamos una cita?

—No puede ser— se rio su amiga por lo bajo mientras la observaba asombrada.

Takemichi parecía perdido en sus pensamientos, el pobre infeliz atinó a asentir con su cabeza reiteradas veces sin poder pronunciar palabra alguna. Hinata le sonrió y le escribió su número en un papel, luego volvió a caminar hacia su amiga con una sonrisa de oreja a oreja y los cachetes del rostro completamente cubiertos de un tinte carmesí. 

TOKYO REVENGERS // ONE SHOTsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora