+18 |HANMA|

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au. alcohol. delincuencia. sexo. violencia. sangre. personajes amorales. relación tóxica. 

✧\(>o<)ノ✧

—Necesito que me dejes el departamento para esta noche— dijo Hanma cortante y sin mirarla, dándose vuelta para agarrar su comida e irse. 

—¿Hasta cuándo lo necesitas?— le preguntó una Rukia indiferente. Realmente no estaba sorprendida en lo más mínimo. Era algo rutinario.

—Mañana a la mañana ya podes volver— le respondió mientras se ponía su saco y se acomodaba la corbata. La observó un segundo antes de marcharse del departamento. Rukia estaba sentada en el suelo del comedor leyendo un libro y fumando un cigarrillo. Seguía en pijama y tenía el cabello enredado como quien acaba de despertarse luego de una noche movida.—No es por trabajo, así que te mando un mensaje cuando termine.

—Lo que sea, que te vaya bien— se rio la fémina de forma sardónica mientras continuaba leyendo sin detenerse a prestarle atención. Hanma suspiró agotado y salió dando un portazo intencional. 

Hacía un año y medio que convivían en aquel departamento que ambos habían comprado para huir de sus vidas familiares. Lo diferente es que en un principio cuando se conocieron y decidieron dejarlo todo para escaparse de sus miserias, ellos estaban saliendo. Eran una pareja poco convencional, pero poco les importaba. Desde el primer día que se conocieron en un bar de mala muerte congeniaron porque los dos eran dos meteoritos prendidos fuego a punto de arruinar todo a su alrededor. Eran muy parecidos, ambos intensos y pasionales, así como completamente desquiciados por la vida. Hanma era peor, siempre lo había sido. No había nadie que se comparara con él, pero Rukia se le acercaba como nunca antes nadie se le había acercado. Ambos eran lo que muchos consideran el deshecho de la sociedad, los parásitos con lo que casi nadie quiere relacionarse. Aquella vez que cuando se conocieron se dieron cuenta al instante que serían amigos, amantes o enemigos, pero que algo serían. Sus cuerpos se atraían el uno al otro como fuerzas gravitacionales transparentes. 

Y joder que la relación había estado bien. Lo habían pasado bien a su manera. Respetaban sus espacios y convivían bien porque ninguno se entrometía en la vida del otro. El sexo era increíblemente animal y pasional, era el mejor aspecto de su relación sin duda. Hanma provocaba en Rukia una sensación de necesidad de expandir sus límites y explorar su sexualidad como jamás creyó que lo haría. 

El problema comenzó cuando la relación se tornó tan tóxica y violenta que ninguno de los dos podía acercarse sin la necesidad de hacerse mierda el uno al otro. Querían lastimarse. 

—Terminemos con ésta mierda Hanma.

—Puta demente...

Pero así fue como finalizó lo que pudo llegar a ser un noviazgo entre los dos. Decidieron continuar viviendo en el mismo espacio porque la casa era de ambos y ninguno iba a ceder su parte al otro. Un año convivieron como pareja y medio año llevaban conviviendo como dos extraños que alguna vez habían sido mucho más que desconocidos. Se habían vuelto a respetar, aunque había una frialdad mutua y un desinterés abrumador. Rukia podía ser la más hija de puta y eso es lo que hacía. Levantar murales jodidamente gruesos al rededor de su persona para que así, Hanma ni ningún otro demente pudiera lastimarla. Era su mecanismo de defensa. Funcionaba bien. 

TOKYO REVENGERS // ONE SHOTsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora