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au. angst. relación tóxica. drogas. sexo.
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—¿Quién va a buscarlo?— Preguntó una aburrida Sachiko soltando el humo del cigarrillo que estaba fumando por la nariz mientras terminaba de poner los vasos que le habían encargado en la mesa del comedor.
—Baji— Respondió Draken con total seguridad al mismo tiempo que entraba unas cajas de cervezas que estaban en el jardín.
—¿¡Eh!? Si yo estoy literalmente en frente tuyo estúpido— Le gritó Baji acercándose juguetonamente al rubio de trenza larga y pateándole las rodillas para que trastabillara y perdiera el equilibrio.
—¡Oi, imbécil!
—¿A quién le decís imbécil, imbécil?
Sachiko soltó una risa estrepitosa porque no podía creer que no pudieran organizar ni una puta mierda correctamente. Habían planeado entre todos una fiesta sorpresa de bienvenida a Kazutora y habían quedado que alguien iría a buscarlo por la correccional para traerlo sin que el aludido se enterara. Habían organizado todo, el alcohol, la droga, la música, los parlantes, habían comprado todo lo que hacía falta, pero al parecer se habían olvidado del pequeño detalle de que alguien debía ir a buscarlo.
—¿Emma, sabes a qué hora salía hoy?— Se acercó Sachiko a su amiga rubia que estaba terminando de decorar unos brownies que había hecho hacía un rato. La vio morderse el labio y dudar, pero terminó asintiendo.
—Creo que no sale hasta dentro de media hora, lo cual es perfecto para convencer a alguno de éstos inútiles de que vaya a recibirlo— Dijo alzando la voz mientras miraba a los chicos y los insultaba frunciendo el ceño. Se podría decir que de todos en aquel grupo la más responsable y la que cumplía con el rol de madre era Emma Sano.
—¡Que vaya Mikey!— Gritó Baji una vez más, (porque no sabría comunicarse si no fuera gritando) mientras se armaba un porro.
—¿Por qué tengo que ir yo?— Apareció Mikey bostezando su pregunta mientras cargaba cuatro vinos en sus brazos para apoyarlos por algún lado de la mesa.—Muevan el puto culo ustedes que llevan haciendo nada todo el día... A todo ésto¿Dónde está Takemichi?
—¿Podes dejar a la puta esa tranquila? Está con Hinata y Mitsuya comprando más mierda, voy yo, idiotas desconsiderados— Sentenció Sachiko poniéndose un buzo y agarrando su paquete de cigarrillos para salir por la puerta principal de la casa de los hermanos Mikey, Emma y Shinichiro, no sin antes, patearle el culo a Baji y escucharlo maldecir.
La pelinegra caminó a paso apurado porque mentiría si dijera que no estaba extremadamente emocionada. La adrenalina le recorría todo el cuerpo de arriba a abajo mareándola y dejándola en blanco. No veía a Kazutora hacía tres años. Lo habían encerrado por un conflicto entre varias bandas de la zona en el que Baji, Mikey, Kazutora y Draken se habían visto involucrados. Kazutora había terminado sacando un arma de la nada y le había pegado un tiro en la pierna a un tipo que estaba también armado y apuntándoles a ellos. La policía llegó antes de que pudieran irse. Encerraron a Kazutora y al resto los dejaron ir luego de pasar unos días en la comisaría. Nadie había incumplido la ley, pero el mayor... aquel había disparado un arma y había herido gravemente a otro civil.
