+18 |SHINICHIRO|

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au. fluff. angst. sexo.

✧\(>o<)ノ

No estaba lista para volver a verlo. Verlo significaba sentir y Reira no quería sentir. Shinichiro era capaz de hacerla sentir un sube y baja de emociones con tan sólo una mirada. Eso sí,  los extrañaba tanto que ya no sabía si el vacío que la corroía por dentro se debía a la carencia de ellos en su vida o a la falta de amor, de la tranquilidad y la complicidad que sus presencias le brindaban.

Hacía cinco años que no los veía y eso de que el tiempo lo cura todo... para Reira era una mentira enorme. El tiempo empeora el dolor de las heridas y la melancolía se vuelve aún más intensa.

Habían ido a la misma primaria y a la misma secundaria y como si aquello no fuera suficiente, eran vecinos, por lo que muchas veces tomaban las mismas rutas o se encontraban por casualidad en el barrio. En un comienzo Shinichiro pasaba como alguien introvertido y tímido ya que nunca se metía en ningún problema y siempre caminaba con tranquilidad mirando el horizonte como si nada, pero Reira sabía que dentro de aquel cascarón se escondía alguien corajudo y diferente a lo que aparentaba. Lo confirmó el día que la invitó a merendar de la nada. Tenían diez años y era la primera vez que habían cruzado palabras. La invitó a salir sin más preámbulos dejando de lado el tinte carmesí que cubría sus mejillas regordetas. Reira aceptó sin saber muy bien por qué. Tenía que admitirlo, era alguien muy gracioso y carismático. Lo encontraba interesante y pensaba en él como un misterio digno de ser resuelto. 

Desde aquel entonces se volvieron amigos inseparables. Eran como el aceite y el agua en personalidades, pero en algún punto coincidian y se complementaban a la perfección. 

Explicar su relación resultaba complejo no sólo para ellos sino para todo aquel que los rodeara. Tuvieron química desde el primer segundo y se volvieron íntimos en un santiamén. Ninguno de los dos supo muy bien por qué, pero aceptaron aquel hecho con tranquilidad y espontaneidad.

Shinichiro tenía algo que demandaba atención y admiración. Era como un farol en una calle oscura y desierta guiando a los perdidos y deshauciados a sus hogares. Desde el primer momento en el que comenzaron a hacerse amigos Shinichiro compartió sus sueños y deseos. Era alguien transparente como el agua cristalina y siempre sabía qué decir en todo momento logrando aliviar las penas y los corazones pesados de todo aquel que se encontrara a su al rededor. Reira ignoró por un tiempo el sentimiento que la presencia de él comenzó a generarle, pero no pudo ignorarlo por mucho. No podía explicarlo con palabras porque ni siquiera ella lo comprendía del todo bien, simplemente sabía que cada vez que estaba con él se sentía más liviana. Su forma de ser y su amistad le brindaban un calor y una felicidad inigualable a todo lo demás. 

Reira siempre había sido una chica problemática. No prestaba atención en clases, se la pasaba soñando despierta o durmiendo con la cara apoyada en la mesa, aún así, siempre sacaba las mejores notas. Por otro lado, era una niña inquieta y excéntrica que pasaba sus días o practicando artes marciales en el domo del abuelo de Shinichiro o durmiendo y mirando las nubes sin hacer nada. Sus padres la creían un caso perdido asi que ni siquiera lo intentaban. Siempre se metía en problemas y desde que se había hecho amiga de él, quien compartía su adicción por la adrenalina, terminaba en la comisaría más veces de lo que podría contar con los dedos de una mano. Reira era un caso perdido en efecto y ella misma lo sabía. Lo aceptaba. Estaba bien con ello. No le interesaban los chicos, ni la notas, ni tenía ningún hobbie... lo único que le interesaba eran las peleas, Shinichiro y las artes marciales. 

TOKYO REVENGERS // ONE SHOTsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora