Pasamos todo el viaje durmiendo, yo en su pecho y él apoyado en mi cabeza. Cuando aterrizamos yo ni lo noté, fue Pedri el que me despertó.
- Vamos ratona, que ya hemos aterrizado. - me decía mientras me acariciaba la cara para despertarme.
- ¿Ya+? que viaje mas rápido. - le dije levantandome.
- Hombre si te has tirado todo el viaje durmiendo encima mía. - dijo riendose. - para no estar agusto vamos.
Nos disponíamos a pedir un taxi para que nos llevara al hotel, pero Pedri me dijo que no hacía falta que estaba aquí al lado, a unos 10 minutos andando, y yo boba de mi acepté. Después de casi treinta minutos andando, por fin llegamos y mi cara de no haber dormido nada por la noche se empezaba a notar.
- ¿Lucía quieres que nos quedemos descansando y despues mas tarde salimos?
- Bueno podríamos deshacer las maletas, y descansar un poco hasta la hora de comer. - dije con cara de agradecimiento.
- Esta bien, pero tumbate en la cama mientras y yo deshago la maleta, no te preocupes que tardo nada. - me dijo sonriendo.
- No enserio yo te ayudo que asi terminamos antes Pedri ... - no me dejó terminar la frase cuando me dijo.
- Te he dicho que no, que yo la deshago, tú echate en la cama y ve poniendo la que se avecina, que ahora voy yo. - me dijo intentando poner cara de enfadado.
- Bueno esta bien, te espero mientras veo que podemos hacer esta tarde. - le dije.
No sé porque pero sabía que algo se traía entre manos, a Pedri nunca le ha gustado ni hacer ni deshacer la maleta, y era muy raro que quisiera deshacer mi parte tambien.
Por desgracia, cuando Pedri terminó de deshacer la maleta, yo ya me habia quedado durmiendo. No lo pude evitar ya que estaba demasiado cansada. Pedri llegó y se tumbo a mi lado haciendo que mi cabeza se posara en su pecho, lo cual me despertó un poco pero él no se dió ni cuenta. Como él se creía que estaba durmiendo empezó a hablar en alto, mientras decía , 'ojalá tenerte así todas las noches de mi vida', 'ojala fuera capaz de decirte todo lo que te quiero, y no como un tonto dejandote escapar'.... La verdad es que después de todo lo que oí aquella noche y ahora, lo único de lo que tenía ganas era de no parar de besarle, le quería tanto que hasta tenía en mi cabeza la idea de quedarme en Tegueste para asi poder verle todos los días; pero no, tenía solo 18 años y quería cumplir mi sueño por el que tanto he luchado todos estos años, pero ojalá hubiera sido a su lado.
Cuando me levanté, Pedri no estaba en la habitacion, me habia dejado una nota en la que ponia, 'vuelvo en un momento, no te preocupes, llevo la llave', ¿dónde se habrá metido este muchacho ahora?. Mis pensamientos fueron interrumpidos por el ruido de la puerta cerrarse, era Pedri que había ido al Burger king que había enfrente del hotel a por algo de comer.
- No se que te pasa, pero me estas tratando como una reina. - dije con una sonrisa al ver las bolsas de comida.
- Simplemente he ido a por comida, es lo primero que he visto. - dijo sonriendo mientras se arrascaba la nuca.
Tras descansar un poco después de comer, pusimos rumbo a las calles de Roma. Visitamos muchos monumentos y nos echamos miles de fotos las cuales iba pasandole a Rosy porque osino Pedri no se las iba a pasar. Después de una larga tarde andando, decidimos irnos al hotel para así poder descansar.
.....
5 días más tarde
Durante toda la semana no habíamos parado, habíamos visitado toda Roma y ya no nos quedaban sitios por visitar. Era nuestro último día aquí y Pedri me dijo que no hiciera ningun plan, porque él ya había planeado lo que íbamos a hacer pero que no me lo iba a decir ya que era sorpresa. Pasamos toda la mañana descansando y cuando llegó la tarde me dijo que me pusiera ropa cómoda que íbamos a dar una vuelta, ya que hasta la noche no teníamos nada que hacer.
Empezamos a andar y andar y no parabamos, yo miraba a Pedri con cara de desesperada ya que no podía más con mis pies; tras varias quejas por mi parte, Pedri decidió cojerme en su espalda para que me callara ya que sabía que al final me iba a cansar y me iba a dar la vuelta hasta el hotel. Por fin llegamos al sitio, era un poco extraño ya que no se veía nada, solo árboles y más árboles , pero de un momento a otro los árboles empezaron a desaparecer y pude ver unas preciosas vistas de Roma, desde una de las colinas más altas que había .
- Pedri, estos es maravilloso, ¿cómo sabías de este sitio?. - dije asombrada por las maravillosas vistas.
- Oí a un hombre hablar de este lugar el otro día, mientras tú ibas a por helados y le pregunté que de que sitio hablaba y me explicó como llegar, y pues que mejor manera de despedir Roma que viendola desde aquí. - me dijo mientras me abrazaba.
- Este sitio es precioso. Este ha sido y será el mejor viaje de toda mi vida, ha sido un viaje inolvidable. - dije mientras en mis mejillas se dibujaban dos lágrimas. Mire a Pedri y le dije - prometeme que siempre te vas a acordar de mí.
- Aunque quisiera no podría olvidarme de ti Lucía, eres de las personas mas importantes que tengo, y aunque en menos de un mes te vayas a Barcelona, estate por segura que no me voy a olvidar de ti nunca. - dijo con los ojos cristalinos.
- ¿Y si hacemos un pacto?- dije algo nerviosa.
- ¿Qué pacto? - dijo Pedri extrañado.
- Si dentro de 10 años, no nos hablamos o no sabemos de donde estamos cada uno, nos reencontraremos tal día como hoy a esta hora aquí , un 28 de julio a las cuatro y media de la tarde del 2028. - dije.
- Trato hecho. - dijo dandome la mano para asi poder cerrar el trato.
Pasaron varias horas, las cuales estuvimos alli echandonos fotos y hablando de lo bonito que había sido el viaje. Cuando Pedri me dijo que iba siendo hora de ir bajando ya que teniamos que arreglarnos. Una vez que llegamos al hotel, fue él el que se ducho primero, porque dijo que osino se agobiaba de esperar ya que yo siempre tardaba mucho y más si tenía que lavarme el pelo. Era mi hora de ducharme, tarde como una hora en salir del baño ya que aproveche y me arregle el pelo y me maquillé. Cuando salí vi que Pedri estaba arreglado, pero no arreglado con una camisa y un pantalón, sino que estaba vestido de traje como en mi cumpleaños.
- ¿Qué haces vestido así?, ¿dónde se supone que vamos para que vayas asi vestido?- le pregunté algo nerviosa ya que no me esperaba verle así vestido. No le deje responder y le volví a hablar. - Pedri, no tengo nada que ponerme tan arreglado, me tendrías que haber avisado para poder comprarme algo al menos para estar tan elegante como tú, además no me queda ropa limpia arreglada.
- Lucía. - me dijo mientras me cogía las manos. - Entra al cuarto, y nos vemos en 20 minutos en la recepción del hotel.
- ¿Cómo?. - no me dejo decirle nada, ya que salió por la puerta.
Entré en la habitación y ví como un vestido largo estaba puesto en a lo largo de la cama. No me lo podía creer, era el vestido que vimos hace unos dias en una de las tantas tiendas de Roma, no me podía creer que se hubiera acordado lo mucho que me gustó. El vestido era de tirantes con pedreria por todo el pecho y la parte del abdomen, mientras que la falda era como tul con una abertura que dejaba ver la pierna, y de color nude.
Pasaron los veinte minutos y yo ya estaba montada en el ascensor, mientras que por mi cabeza pasaban miles de pensamientos, no sabía donde iba ni el porque de estar tan elegantes ni nada. Se abrieron las puertas del ascensor y allí estaba Pedri dando vueltas por la entrada; me decidí a bajar del ascensor y vi como se dió cuenta de que iba hacia él, abrió los ojos como platos y se le dibujó una sonrisa en su cara, yo no podía parar de sonreir de los nervios que tenía.
- Guau estas preciosa Lucía. - dijo mientras intentaba tranquilizarse.
- Tú también estas muy guapo, pero ¿me vas a decir ya donde vamos?.- dije nerviosa.
- Ahora lo descubrirás, como te dijo mi padre tu dejate llevar.
Cuando saliamos del hotel nos estaba esperando un taxi. El camino duró unos diez minutos, y la verdad fueron cortisimos; Pedri y yo estuvimos todo el camino dados de la mano, de alguna manera nos servia para tranquilizarnos el uno al otro.
- Ya hemos llegado. - dijo el taxista. - disfruten de la noche.
- Gracias. - dijimos los dos a la vez
Entramos en un edificio que para mí era como el más alto de la ciudad, Pedri no decía nada, simplemente me llevaba de la mano y yo le seguía. Nos montamos en un ascensor que por lo que habia visto desde fuera, estaba colocado en el exterior del edificio, por lo que mientras subías en el podrías ver todo lo que había alrededor. Pedri marcó la ultima planta y empezamos a subir, la verdad que no había estado tan nerviosa antes, mis piernas temblaban y casi no podía hablar. De un momento a otro, las puertas del ascensor se abrieron y fue cuando no pude articular palabra, simplemente lloraba, no se porque pero no me esperaba todo esto, estaba tan bonito y lo mejor de todo que era para nosotros solos. No me podía creer que Pedri había preparado todo esto para nosotros.
- Hemos llegado ratona. - me dijo nervioso.
- Pedri...yo..., no me esperaba nada de esto, pero ¿por qué?- dije mientras intentaba no llorar.
- Quería que nuestra última noche fuera especial, y pues no se me ocurrió mejor forma que esta. - me dijo cogiendome de las manos y llevandome hasta los asientos.Buenas!! Espero que os esté gustando y dejadme en comentarios que tal y que pensais de esta historia🥰, graciiias a las que me estáis apoyando.
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Inolvidable - ERIC GARCÍA
FanfictionMejores amigos con diferentes propósitos. DIferente destinos con un mismo final.