Capítulo 15

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- Ey ¿qué haces aquí? - dijo Pedri entrando en la terraza.

- Me he desvelado cuando he ido al baño, y no quería molestar dando vueltas en la cama, así que he preferido venirme aquí. - dije dándole un buen sorbo a mi vaso de leche.

- Pues te voy a hacer compañía, si te parece claro. - dijo Pedri mientras se arrascaba la nuca.

- Claro, ¿por qué me ibas a molestar? 

- Lucía, yo...

- No tienes porque darme explicaciones de nada Pedri. - dije interrumpiéndole. - al igual que yo no te las doy, cada uno tiene derecho a seguir con sus vidas ya que al fin y al cabo no hemos llegado a ser nada más que mejores amigos. 

- Pero, quería pedirte perdón por utilizar tu apartamento para eso. - dijo triste. - había bebido y no tenía sitio donde pudiera estar tranquilo con Marta y pensé que nadie se enteraría pero ... 

- Pedri, se acabó no quiero hablar más del tema. - dije cortante.

- Bueno y ¿qué tal con Eric? - dijo cambiando de tema.

- La verdad que bastante bien, es tan bueno y me ha cuidado tanto durante este tiempo que no sabría que hacer sin él ahora mismo. - dije sonriendo. - y tú ¿qué tal con Marta?

- Si te digo la verdad, iba a ser un lío de una noche, pero al final entre que todo el mundo se ha enterado y que mis padres se han ilusionado con ella, me da pena terminarlo. - dijo algo triste.

- Pedri, si no estas bien no tienes porque forzar algo que no te sale de dentro. Haz lo que creas que es mejor para ti y ya esta, sin pensar en los demás. Ahora vámonos a la cama que me esta entrando sueño. - dije dándole la mano para que se levantara de la silla.

Estuvimos unos segundos abrazándonos y cada uno se fue para la habitación.

- Buenas noches Lu, te he echado mucho de menos. 

- Buenas noches Pedri, yo a ti también. - dije mientras entraba en el cuarto sin hacer mucho ruido.

A la mañana siguiente...

Dormía tranquilamente y la voz de Eric me despertó.

- Ey peque, despierta. - decía mientras que dejaba miles de besos por toda mi cara. - si no quieres que llame a los dos que hay fuera para que vengan a levantarte. 

- Noo, no hace falta. - dije riéndome. - esos dos me levantarían empapándome de agua o algo por el estilo. 

De repente la puerta se abrió y, hablando de los reyes de Roma, por la puerta asoman. Vieron que estábamos despiertos y se abalanzaron sobre nosotros como si fueran dos niños pequeños. En ese momento, enterrada encima de los hermanos González y Eric; porque sí también se unió a la montaña que crearon encima mía, me sentía muy feliz y afortunada, tenía a los hombres de mi vida, mis dos mejores amigos y mi "novio".

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22 de diciembre

Hacía ya unas dos semanas que Pedri y Fer se habían ido, y ahora era el momento de yo volver a Tegueste a pasar las Navidades. Eric y yo estábamos cada vez mejor, hasta me presentó un día de partido a sus padres, por lo cual yo morí de vergüenza. La verdad que todos estos meses a su lado habían sido increíbles, y ahora le iba a echar mucho de menos. 

Eric decidió llevarme al aeropuerto, tuvo que salir antes de los entrenamientos porque según él su chica no podía cogerse un taxi hasta el aeropuerto teniendo él un coche en la puerta. 

Inolvidable - ERIC GARCÍA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora