Un mes más tarde de la boda
Eran las diez de la noche, acabábamos de llegar de nuestro viaje de novios y después de casi trece horas de viajes por fin estábamos en casa. Habíamos estado casi un mes de viaje; nuestra primera parada fue en Nevada, donde hicimos la famoso ruta 66, que duró unos 10 días, después viajamos a New York, donde estuvimos alrededor de 6 días y por último, rematamos el viaje en las Maldivas.
Llegamos a casa y soltamos las maletas, Eric fue a ver a sus padres los cuales no vivían muy lejos de nosotros para decirles que habíamos llegado bien y demás, mientras que yo me quedé en casa organizando un poco las maletas y pidiendo la cena, ya que no me encontraba muy bien. El caso es que desde hacia unas semanas no estaba del todo bien, siempre había sido una persona muy activa y de dos semanas hasta ahora me sentía muy cansada, lo más raro de todo era que no tenía la regla desde hace dos meses más o menos, pero le echaba la culpa al estrés que teníamos con la boda y con el viaje. Mi cabeza no paraba de darle vueltas a lo mismo, porque claramente tenía posibilidades de que estuviera embarazada, pero no creo que tardara tan poco en estarlo, por lo que descarté esa opción. De repente, un sonido que venía de mi teléfono móvil me sacó de mis pensamientos, cuando ví en la pantalla "Pedri"no tardé ni dos segundos en cogérselo.
En la llamada
- Pedri ¿qué pasa? - dije a través del teléfono.
- Lucía, Marina esta de parto, vamos de camino al hospital. - pude notar como su voz se entrecortaba por los nervios, por lo que decidí no dejarle decirme nada más.
- Vamos para allá. - dije rápido y terminando la llamada.
Fin de la llamada.
Fue terminar la llamada y la puerta de casa abrirse, era Eric, bajé las escaleras corriendo y me vió un tanto alterada a lo que se preocupó.
- ¿Qué son esas prisas?
- Marina esta de parto, no he podido pedir la cena pero he pedido unos bocatas que vamos a recoger de camino al hospital.
- Vámonos. - dijo cogiendo las llaves del coche
Sin dudarlo unos segundos, pusimos rumbo al hospital. Una vez allí, en la puerta de este se encontraban Fer y Rocío quienes estaban esperándonos nerviosos. Cuando entramos en la sala de espera de paritorio, pudimos ver como Pedri estaba sentado en una de las sillas mientras no paraba de mover las piernas, signo de que estaba muy pero que muy nervioso. Levantó la mirada, y su cara se relajó un poco al vernos allí. Estaba muy nervioso, ya que todavía no le habían llamado para entrar con Marina, y quería estar con ella en todo momento. De un momento a otro, una enferma salió de una de las tantas puertas que rodeaban aquella sala, llamando a su vez a Pedri.
- Le esperamos con ganas. - dijo Eric.
- Dile que no se haga mucho de rogar. - dijimos Rocío y yo.
- Dile que el padrino esta deseando de tenerla en sus brazos. - dijo Fer con los ojos rojos.
........
Después de una hora, el silencio se hizo en la sala y de repente escuchamos un llanto con mucha fuerza, lo que provocó que nos mirásemos entre nosotros y nos abrazáramos. Al rato, pudimos ver como la puerta se volvió a abrir, y a través de ella, Marina tumbada en una camilla, sin pensarlo nos acercamos a ella, pero no traía con ella a la pequeña, por lo que empezamos a preguntarle que tal había ido todo y que nos extrañaba que hubiera sido tan rápido; pero ella nos contó que había dilatado casi siete centímetros en casa por lo que el trabajo duro ya lo había hecho. Estábamos hablando con ella cuando de repente, la puerta de la habitación se abrió y detrás de ella se encontraba Pedri con los ojos hinchados de llorar y con la pequeña entre sus brazos. Nuestros ojos fueron directos a ella, y nos esperamos a que se la diera a Marina para que así la pudiéramos ver mejor. Una vez la tenía Marina, la pequeña tenía sus ojos cerrados y parecía muy tranquila, provocando que a cada uno de los que estábamos allí se nos cayera la baba con ella.
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Inolvidable - ERIC GARCÍA
FanfictionMejores amigos con diferentes propósitos. DIferente destinos con un mismo final.