El retrato. [Snarry]

[Capítulo 1]

¿Y si soy seleccionado en Slytherin?

Había cuestionado Albus Severus Potter, con la voz haciéndosele pequeña en la concurrida plataforma, con lo cual el mayor se postró frente al niño y acunó el infantil rostro entre manos firmes, con la clara intención de transmitirle seguridad. Aquellos ojos tan verdes que todos en el Mundo Mágico podían distinguir, se perdieron en las centellas que iluminaban aquella mirada, una inestable quimera de temor e inocencia.

Afortunadamente a Harry solo le había tomado algunos segundos el espantar al fantasma infundado lejos de su retoño. Resaltando el hecho del nombre propio que él mismo había escogido; la escena le recordó que incluso Ginny, su esposa, se había visto sorprendida por la elección, mas la fortuna también le había sonreído en aquella ocasión, logrando convencerla de manera tan inmediata como lo había hecho con Albus.

No está a discusión.

Había siseado su mente años atrás y tuvo que aferrarse al niño envuelto en la mullida manta. Cada que sus pensamientos se volvían iracundos inmediatamente eran materializados en parsel, provocando que su interior se revolviese: deseaba haber perdido el don junto con todo lo otro que la guerra le había arrebatado, no obstante, era lo suficientemente consciente como para no verbalizar la amenaza, tan indigna de un león.

Un león...

Le resultaba imposible no sentirse tan absolutamente indigno, él no era digno de ser un león, ni una serpiente... él simplemente era indigno. No importaban las conmemoraciones en su honor, tampoco el agradecimiento y admiración con que la gente solía mirarlo, y murmurar a sus espaldas mientras iba por las calles con su familia. Harry no hacía más que hundirse en su mar de engaños y mentiras; su mar era tan grande que incluso él mismo se encontraba allí atrapado.

Luego de tantos años Minerva creía que la razón por la que Harry solía bajar la mirada con un deje de vergüenza, se debía a que aún conservaba la inocencia y timidez que poseía cuando era un niño, virtudes que a los ojos de la Directora no había perdido a pesar del paso del tiempo, pero lejos estaba de conocer las verdaderas razones.

∆

Tal y como lo sospechaba Harry, el sombrero seleccionador había sorteado a su hijo para que radicara en la casa de las serpientes, al igual que a él, sin embargo, Albus no había llegado a colocarse debajo del artilugio con los prejuicios que el mismo Harry había tenido.

¿Cuán distintas podrían haber sido las cosas?

Definitivamente...

No, no y no, el Auror se negaba a que sus pensamientos volviesen a tomar aquel rumbo, se había prometido y obligado a no torturarse con ello. A soltar el pasado, mas había días en que era más difícil que en otros, y las preguntas abrasaban sus viejas heridas.

Aún así aquel día estaba exultante en la plataforma 9 3/4, la sonrisa se había plasmado en sus labios mucho antes de llegar, y no hacía más que ensancharse conforme los minutos pasaban. En el preciso instante en que su oído captó el inconfundible sonido del Expreso de Hogwarts, la emoción atravesó cada tramo de sí, una sensación que era capaz de rivalizar con la de la primera noche en la que vislumbró la magnificencia del castillo, y lo abrumadoramente mágico del Gran Comedor.