[Capítulo 10.]

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La voz vibró por la enfermería, meterializándose como una visión, mas no era otra cosa que susurros en medio del silencio expectante

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La voz vibró por la enfermería, meterializándose como una visión, mas no era otra cosa que susurros en medio del silencio expectante. Severus se vio sorprendido al reparar en el saludo hacia el Auror: héroe. Definitivamente era la característica más destacable en Potter.

—Lamento molestarte, pero necesito de ti, una vez más.

—Te he ayudado una vez, hace 20 años, pequeño héroe. Tienes tres muestras de ello.

—Perdona por perturbarte, pero nuevamente necesito de tu guía.

—Debes ir hacia donde reposa su cuerpo físico de Severus Tobías Snape Prince, pequeño héroe, a ningún otro lugar que ese.

Tanto Harry como Snape intercambiaron miradas. Harry había omitido por todo este tiempo aquella pregunta, a pesar de que Dumbledore dejó entrever que éste se encontraba en el castillo, cosa que fue confirmada por James y el mapa del Merodeador.

—Mi cuerpo está en el ala apartada para profesores.

Parecía una mera formalidad la pregunta previa, pues una ventisca cargada en energía surcó el lugar, como marcándole el camino a Harry. Éste no dudó, nada lo haría dudar aquella noche estaba dispuesto a cualquier requerimiento del poderoso ente. Conforme sus pasos lo adentraban al lugar reparó en lo dicho por el ser de dulces y poderosos susurros: "Severus Tobías Snape Prince", desconocía absolutamente que el profesor tuviese otro apellido, más el juego de palabras de cierto libro despejó antiguas dudas.

El ala de profesores se abrió ante él en entera quietud, al punto de sentir la estancia varios grados por debajo que en en la zona donde descansaba su primogénito. No fue necesario que le indicaran que debía acercarse al último cubículo a su derecha, las manos le quisieron flaquear cuando corrió el pesado cortinado.

La larga e imponente figura de Severus Snape ocupaba la camilla, el aspecto esbelto y ligero era cubierto por tupidas sábanas de un blanco inmaculado; el cabello parecía haberse detenido en el tiempo, pues no parecía siquiera una pulgada más largo que la última vez, ni ostentaba cana alguna, en el resto se sucedía algo similar. Las marcadas líneas de expresión eran idénticas a las que solía rememorar cada que la penumbra lo atormentaba y lo sumía en la más absoluta soledad. No necesitaba más para comprender que de alguna manera habían logrado contener el paso del tiempo en su antiguo profesor de pociones, sin embargo, lo que provocó que su corazón casi perdiera el ritmo era que a pesar de todo ello el rostro de Snape estaba contraído en una mueca que distaba de ser pacífica, parecía como si algo o alguien estuviese torturándolo en sueños, nadie mejor que Harry conocía la sensación de ser asediado de tan vil manera, en fantasma de Voldemort se representó por medio de recuerdos, como si aún después de tantos años todavía se burlara de él, de haberle arrebatado casi todo lo que amaba.

Severus estaba igual de abstraído que Harry, mas no en su cuerpo sino en el ahora profesor, el cual observaba consternado el empaque que ya no contenía, en su opinión, lo mejor que tenía. No apartó la mirada de Potter, no deseaba verse a sí mismo en un sueño intranquilo, había preguntado por ello a Pomfrey, pero ésta no supo darle respuestas concretas, solo suposiciones, sus labios se abrieron con la intención de hablarle a la voz susurrante, para que eliminara las preguntas y arrojara claridad a su existencia, finalmente descartó la idea, por temor a entorpecer la conexión.

El retrato. [Snarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora