[Capítulo 4.]

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La charla se había visto interrumpida por los hermanos Potter, Severus no había reparado en que los niños se habían percatado de su presencia, y ya era demasiado para alejarse

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La charla se había visto interrumpida por los hermanos Potter, Severus no había reparado en que los niños se habían percatado de su presencia, y ya era demasiado para alejarse.

-Lo hemos estado buscando, profesor. -se apresuró a decir el mayor al no recibir ningún tipo de respuesta, percatándose también de la presencia de la otra figura, agregó-. Profesor Dumbledore. -saludó con cordialidad.

-Me alegro de verlos, mis niños, aunque no tanto el que merodeen fuera de los horarios estipulados en las reglas. -las palabras provocaron que los alumnos se tensaran, pero de inmediato el hombre sonrió-. Lo dejaremos pasar esta oportunidad. -acotó seguido de un guiño cómplice.

-¿Por qué no me extraña? Al parecer ser un Potter pesa más que ser un Slytherin. -murmuró con un dejo de molestia, ante el trato que habían recibido sus serpientes.

-Severus, sabes que siempre he sido neutral con los alumnos, además, estoy intrigado por saber, ¿por qué buscaban al profesor Snape?

Tanto Albus como James se miraron entre sí, la mirada de estos no hacía más que destilar duda, claramente lo buscaban por razones dispares, que no estaban dispuestas a revelar ante el público presente. Los hermanos se tenían un inmenso cariño, sin embargo, su relación no fluía del todo, eran polos opuestos, en todos y cada unos de los aspectos que revestían sus personalidades, su manera de relacionarse y comportamiento.

-Pues... -el menor hizo un vano intento por encontrar las palabras.

-Bueno, siempre hay cosas que no podremos verbalizar, o al menos no con todos. -soltó risueño, restándole importancia al repentino secretismo, y enviándole una mirada sugerente al pocionista-. Estoy seguro de que tienen una muy buena razón para buscar a Snape, es algo magnético, ¿no creen?

-Suficiente. -alzó la voz ante la implicancia del mayor-. ¿Qué es lo que quieren?

Nuevamente un silencio pesado se formó entre ellos en medio del pasillo, el primero en hablar volvió a ser Albus, quien logró que una chispa iluminara la mirada del hombre de larga barba al distinguir la astucia de Slytherin en el joven Potter.

-Necesito algunos consejos sobre pociones. He leído sobre usted, y sé que no encontraré a nadie mejor, profesor Snape, obviamente sin desmerecer a nuestro profesor actual.

-En ese caso yo me retiro. -se apresuró el primogénito-. Luego me gustaría hablar con usted de...de Quidditch, profesor. -sí, en definitiva James era un Gryffindor, no había persona con menos interés en el deporte que Snape-. Buenas noches a todos.

Los adultos observaron extrañados la rapidez con la que el jovencito se había alejado de la situación, sin más Dumbledore decidió marcharse también, deseándoles buenas noches.

Tanto el pocionista como la joven serpiente se mantuvieron el silencio hasta que se encontraron totalmente solos, más allá de los ojos indiscretos de uno que otro retrato.

El retrato. [Snarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora