[Capítulo 15.]

903 102 13
                                    


—Harry.

Tanto la mirada de Ginny como la de Snape voltearon hacia el nombrado, éste de inmediato atravesó el tramo de la cocina que lo separaba del profesor, parándose frente a él.

—Explícate, ahora mismo. —cada palabra fue filosamente mordida al pronunciarse.

—Permíteme hacerlo.

—Adelante.

—Harry, si lo deseas podemos retirarnos. —intervino la pelirroja, por supuesto que deseaba saber a detalle lo que había acontecido con James, sin embargo, ofreció la opción como bandera blanca para con Snape.

Harry siquiera dio señales ante la opción y disposición de Ginny, no fue otro que el mismo Severus quien se negó con un movimiento de cabeza, el pronunciar lo que estaba a punto le pesaba, aún más frente a Harry, pues había acordado con James que el joven sería el responsable de revelar los detalles del accidente.

—Snape. —apremió, conforme la respiración se le volvía tenuemente errática.

—Sí. —inspiró profundamente—.  James me contó sobre los acontecimientos del ataque tras el intercambio que tuvimos cuando despertó.

—¿Lo sabías desde hace tanto tiempo y no me has dicho nada? —cuestionó con molestia.

—Me pidió ser él quien te hablara de ello, no quería quebrantar la confianza que James había depositado en mí...de lo contrario no lo hubiese ocultado. —se defendió.

—¿Qué fue lo que te contó? —cuestionó, desviando la atención de un nuevo debate.

—Él dijo que alguien vestido como un auror le lanzó una maldición en medio de la práctica...él, por favor, debes saber que fue a modo de defensa, es importante para James el que remarque esto. Él respondió de igual manera con una imperdonable y está sumamente arrepentido de haberlo hecho, es en lo que más hizo énfasis aquella vez.

Para Harry no solo alguien dentro de la organización lo había traicionado a tal punto de atacar a uno de sus niños, sino que su primogénito, que apenas acariciaba la adolescencia ya había sido empujado para empuñar su magia a modo de maldición contra otra persona; no era sino una vez más su culpa, cada decisión de su pasado regresaba ahora para signar la que debería ser la vida feliz que merecían sus niños. Esta epifanía no hizo más que derrumbarlo, posiblemente no era más que el principio.

—¿Por qué el Auror se presentaría con su uniforme? Es distinguible y peligroso, aún más con Harry dentro de Howgarts. —comentó ante el silencio del Auror.

—También he pensado en ello. —y había hallado una posible respuesta, mas prefería guardarla para sí mismo.

—O quizás no.

—¿A qué te refieres, Luna?

—Por supuesto esa persona creía que era una misión sencilla, debía maldecir a un niño, un niño sin varita. —puntualizó—. El revuelo impediría que le sigan, pues Harry estaría más preocupado por el cuerpo sin vida de James...lo que esta persona no comprendió es que iba al ataque del hijo de Harry Potter, el cual, al parecer, sobrevivió a la maldición asesina.

Las palabras de Luna mecieron a Harry en una vorágine de sucesos no vividos, podía ver la silueta de aquella persona desconocida atacando a su hijo, como así también a éste cayendo en picada de su escoba; no obstante, aquello último, cuando lo llamó "sobreviviente" provocó que su sangre se helase: ¿acaso su hijo debía pasar por aquellas mismas desgracias que él? Sobrevivir a la maldición de Voldemort había sido una maldición en sí misma, su vida fue una constante montaña rusa de emociones, extremos que muchas veces lo llevaron a querer rendirse y dejar que aquel mago oscuro continuara su camino de destrucción, incluso ahora, estaba seguro de que algo de aquella alma corrompida seguía contaminándolo, contaminando su futuro y ahora su estirpe.

El retrato. [Snarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora