[Capítulo 5.]

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La presencia del Auror sorprendió de sobremanera a los presentes, quienes posaron de inmediato la mirada en él

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La presencia del Auror sorprendió de sobremanera a los presentes, quienes posaron de inmediato la mirada en él. Los segundos de quietud fueron escasos, pero no se sintieron así para Harry quien deseaba escapar de allí como casi tanto como pararse frente al retrato, tan esquivo que hoy de presentaba allí.

—¡Papá! —gritaron los niños al unísono, dejando los pergaminos como el libro regados a su paso, conforme corrían al encuentro del héroe, quién los esperaba sonriente y de brazos abiertos.

Severus se limitó a observar la escena, ambos niños envolvieron la cintura de Potter, quien los retenía con una sonrisa bobalicona. Inevitablemente la envidia lo recorrió por una milésima de segundo, comprendiendo que ese tipo de vida no le hubiese sentado bien. Aguardó un tiempo prudencial respetando el encuentro familiar y reuniendo coraje habló, haciendo gala de sus modales, intentando no perderse en la fina y musculada figura del hombre, seguía aún esbelto, a pesar de que estaba más fornido, la barba apenas asomaba al haber sido rasurada, la piel se veían tan lozana como aquella última vez en que lo vio, y sus ojos, definitivamente esos eran lo último que habían deseado ver antes de partir, sin importar que se guardaban tras aquellas estúpidas gafas.

—Potter.

La voz se arrastró por la habitación y acarició el canal auditivo de Harry, provocando que éste se estremeciera en recuerdos, definitivamente el tono era aún más profundo de lo que recordaba, se ancló a sus niños afianzando notoriamente el abrazo, en un pedido desesperado de apoyo, llamando la atención de los hermanos quienes lo observaban intrigados ante el gesto. No, no estaba listo aún, era la razón principal por la que estaba allí, pero no estaba preparado para la mirada, ni para el tono profundo e hipnotizante, no estaba listo para ver como el tiempo se había detenido en aquel a quien en silencio y soledad le juró la vida y amor...no estaba listo para ser acribillado con palabras filosas, no cuando se comenzaba a sentir tan débil y su mirada era abrumada por las sensaciones que se manifestaban de la manera más pura y genuina, la transparencia de las lágrimas que peleaban por apagar el incendio en sus mejillas. Era consciente de que sus tres acompañantes se percataban de su mirar empañado, por lo que con valor buscó y halló su voz, era tan difícil tantos años después.

—Profesor Snape. —comenzó, la gravedad en la voz se oía acentuada por lo estrangulada de su garganta—. Es un placer verlo nuevamente.

—Por cortesía he de decir que igualmente, ¿qué hace por aquí, Potter? Además de interrumpir mi tutoría. —a pesar de las palabras la respuesta estaba desprovista de desdén.

—Me he disculpado por interrumpir, profesor.

—No soy su profesor, Potter. —colocó los ojos en blanco al tener que remarcar lo obvio.

—Lo siento... —dudó.

—"Snape".

—Snape. —repitió.

El retrato. [Snarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora