El retrato. [Snarry]

[Capítulo 2.]

A pesar de la creencia popular de que Severus Snape había muerto durante la batalla de Hogwarts, esto no había sido así o al menos no del todo, sí bien el profesor no había muerto tampoco estaba del todo "vivo".

De cierto modo había "sobrevivido" al veneno de Nagini, jamás podría olvidar el temor que lo atravesó al observar al animal abalanzandóse en su dirección, su mente jamás suprimiría los recuerdos de las viscosas y enormes fauces que se abrían violentamente y colapsaban contra sí. Aunque con el paso del tiempo comenzó a sospechar que el tamaño desproporcionado de la serpiente se debía enteramente a la desproporción común que cualquiera percibiría frente a una situación de aquel calibre, después de todo, jamás la había visto tan exageradamente gigantesca en sus reuniones.

Entonces...¿por qué Snape tenía un retrato en Hogwarts?

Severus había sobrevivido al ataque, pero nunca logró recuperar la conciencia...

Madame Pomfrey había "recibido" la inusual solución, de nada más y nada menos que el mismísimo Albus Dumbledore. Esta atípica solución, requería de tiempo, demasiado tiempo.

A Pomfrey le había llevado un buen tiempo el hallar a alguien con las facultades requeridas para llevar a cabo la empresa, debía ser alguien poderoso, y sí, ella conocía al mago más poderoso de esos tiempos: Harry Potter, pero lamentablemente él no tenía conocimiento de ese tipo de proeza mágica, sumándole a ello el hecho de que quien derrotó al mago oscuro no estaba en los mejores términos con Severus, sabía que Harry no mentía sobre lo que sucedido, ergo había un gran transfondo en sus vidas, como para que todo se redujera a un acto.

El joven era lo suficientemente transparente como para inventar algo así, pero ella había visto de primera mano la relación que se tejía entre el director y el profesor de pociones. Albus era como un padre para Severus, y a pesar de los errores del pasado, Albus consideraba al profesor cómo aquel hijo que jamás pudo concebir. Ella misma había presenciado el brillo especial que nublaba el mirar del anciano mago ante los excéntricos logros de Snape, era un prodigio que jamás había tenido techo con sus habilidades. Había oído bramar al director cuando la fama de mortífago empañaba sus transcendentales descubrimientos.

-¿Es que no ha sido suficiente, Poppy? Mi pobre muchacho ha sufrido toda su vida, como para que esto también le sea arrebatado...no hay mago más honorable y noble que Severus.

Le había dicho en esa ocasión. Nunca lo había oído tan derrotado, parecía como si hubiese envejecido ante la impotencia que lo abrumó, ante su propio recado.

Ella había descubierto que la poción que con tanto esfuerzo había llevado al oscuro profesor se había patentado bajo el nombre de otra persona, había corrido a las mazmorras dispuesta a informar al magnánimo creador, pero solo obtuvo un átono: "Así lo he dispuesto. Si me permites estoy ocupado en este momento."

Albus y Pomfrey lo descubrieron horas después, habían rechazado el hecho de que tal maravilla rezara el nombre de un "mortífago confeso".