INEFABLE [ *Niall Horan* ]

28

Ya era 12 de mayo, y estábamos a punto de empezar el último show del mes en Lisboa, Portugal. Después de este empezaríamos el siguiente en junio, así que tendremos un tiempo de descanso en el que yo podría volver a casa y estar con May para descansar y desconectar de todo esto, de verdad que lo necesitaba.

Caminaba por los pasillos del backstage buscando a Dana, hasta que por fin la encontré comiendo del catering que había en los camerinos donde estaban las estilistas.

"Dana, tenemos que salir ya, vamos" le cogí de la muñeca arrastrándola fuera de allí.

"Lo siento pero necesito coger energía antes del show" me reí por lo que dijo y fuimos a la parte de atrás del escenario, donde estaban ya todos preparados.

Cuando subimos a este sentí las mismas mariposas de siempre, pero esta vez eran peores, porque sabía que hasta dentro de unas semanas no volvería a subir a un escenario. Pero cuando subió Niall todo se multiplicó por mil, la intensidad del publico, las luces brillaban más, los sonidos se volvían más estridentes, y él desprendía mucho más poder que antes.

Nuestras miradas se cruzaban tres veces por canción, y cada vez que su azul se cruzaba con mi verde podía sentir como todo lo demás desaparecía y solamente quedábamos él y yo. Nunca antes me había mirado en un show como lo estaba haciendo en este, y algo me decía que estaba pasando algo. Él nunca había dejado que nos vieran juntos, y que ahora no dejara de mirarme era algo que no podía entender teniendo a tantas personas delante y grabándole.

Desde ese momento dejé de devolverle las miradas, no podía dejar que alguien lo notara, y no por mí, sino por él. No volví a mirarle en lo que quedaba de show, y pude notar como a cada segundo que pasaba se le notaba más tenso e incomodo cantando e interactuando con sus fans. Sabía que le pasada algo, no era normal.

Largos y pesados minutos después, el show acabó y nos bajamos todos del escenario. Estaba oficialmente de mini vacaciones, y una mezcla de angustia y euforia se juntaban en mi estómago cada vez que lo pensaba. Caminaba hacia el camerino general para poder coger mis cosas y dejar algunas que llevaba puestas para marcharme al hotel hasta que de repente noté un fuerte agarre en mi antebrazo y al girar mi vista vi como Niall me arrastraba a su antojo por aquellos pasillos. Me quejé unas cuantas veces aunque no sirvió de mucho, ya que creo que ni siquiera era capaz de escucharme.

Giramos en uno de los pasillos y me arrastró hacia un rincón solitario en el que la única bombilla que había dejaba ver nuestras siluetas. De repente me soltó del brazo, quedando frente a mí, y me agarró de la cara para empezar a besarme con mucha urgencia. Sus labios estaban ansiosos y su boca tenia el sabor dulce que recordaba, pero nada de esto se sentía bien. Intenté separarme de él pero la terrible fuerza que tenía sujetándome la cara me lo impedía. En uno de mis intentos conseguí separar mis labios de los suyos carnosos y le miré profundamente a los ojos.

"¿Qué ocurre?" intenté sonar lo más dulce posible para no fastidiarla como hacía siempre que intentaba indagar en él.

Las venas de sus brazos se marcaron mucho más cuando hablé y noté como sus dedos, que estaban en mi cuello y nuca, se tensaban un poco más. Acaricié muy suavemente con mi pulgar la zona de su cuello derecho y abrió los ojos para mí. Pude ver sus pupilas más dilatadas que nunca, no sé como no me había fijado antes si le había mirado varias veces a los ojos esta noche.

"¿Te has tomado algo?

Volvió a agarrarme con necesidad y volvió a invadir mis labios como nunca, como si no los hubiera probado en años. Creo que me tomaré esto como un sí. Conseguí separarme de nuevo de él poniendo mis manos sobre las suyas para que aflojara su agarre, ya que estaba empezando a dolerme un poco y hacía que me asustara esta situación, y necesitaba estar cuerda y tranquila para solucionar esto.