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"Dios... mío..." estaba sin palabras después de entrar a casa de Niall.

Era una casa enorme, y eso que ni siquiera la había visto aún entera, pero solamente con ver el salón sabías que era una casa enorme. Tenía una televisión y un sofá en el que cabrían perfectamente 10 personas cómodamente. Había un piano negro pegado a una pared, en la otra estanterías con libros, discos y fotos y en la otra pared habían unas puertas correderas de cristal en las que podías salir a una terraza. Solamente había podido ver esto y la entrada, pero era realmente impresionante. Además su casa tenía un toque moderno y transmitía mucha paz y claridad.

"¿Te gusta?" me giré para verle con cara de incredibilidad.

"¿Estás de broma? Es preciosa" volví a girarme para mirar la casa.

"Me alegra que te guste, me voy a duchar, puedes hacer lo que quieras mientras tanto"

"Tranquilo, me quedaré aquí en el sofá"

Me miró por última vez y desapareció por el pasillo que ahora mismo estaba a oscuras. Miré mi móvil en un intento de matar el tiempo que iba a estar aquí, tampoco quería husmear por la casa por mucho que me llamara la atención hacerlo, sería bastante maleducado por mi parte. Un rato después, aburrida ya que no tenía nada que hacer con mi móvil, empecé a pasearme por el salón ya que no podía contenerme a ver cómo era su casa detalladamente.

En la estantería que había pude observar fotos con su familia y con sus amigos, vi también una foto con una chica rubia que me llamó bastante la atención ya que era demasiado guapa. No sé porque pero se me agarró un sentimiento en la barriga que nunca antes había sentido, y que no sabía que era.

Intenté ignorar lo que había pasado y me centré en los pocos libros que habían. La mayoría eran revistas y libros deportivos, de los cuales no tenía ni remota idea, hasta que leí a un título que me llamó la atención. Orgullo y Prejuicio. Me resultaba demasiado extraño que Niall se hubiera leído este libro, no le pegaba nada a él. A mi me encantaba leer, sobre todo novelas de amor, cada vez que podía buscaba una para leer. Me apasionaba leer historias de amor aunque no soñara con vivir una. Después le preguntaría por el libro.

Por último y, como no, habían premios que había ganado con su música y algunos de golf. Era increíble el amor que se tenía este chico a sí mismo, y la verdad que lo envidiaba un poco, desearía con todas mis fuerzas quererme a mí misma como él se quería. Era envidiable.

Cuando terminé con la estantería me asomé por las enormes puertas de cristal que llevaban a la terraza, aunque decidí no salir fuera. Así que me dirigí a lo último que había allí, su piano. Arriba tenía una foto enorme de los Eagles, una banda que supongo que le gustará mucho. Me lo pensé varias veces pero estaba sola ahora mismo y las ganas que tenía hacían que prácticamente tuviera un picor en las yemas de mis dedos por querer tocarlo.

Me senté en la banqueta y estuve un par de segundos dudando, pero cerré los ojos y respiré hondo varias veces para relajarme y así dejar mi mente en blanco. Después de eso, los abrí y lo primero que hice fue tocar el trozo de melodía que toqué en el piano de aquel hotel, el que se refiere Niall cuando me dice que no se lo puede sacar de la cabeza.

Toqué ese trozo un par de veces y, cuando estaba a punto de terminarlo, noté que se sentaba a mi lado en la banqueta pero ni siquiera pude girarme para verle, simplemente no podía. Solamente vi como puso su mano encima de la mía, pero sin tocarme, refiriéndose implícitamente a que quería tocar él los acordes de lo que venía ahora que, sinceramente, ni yo misma sabía que narices iba a tocar ahora, así que simplemente improvisé y me dejé llevar.

INEFABLE  [ *Niall Horan* ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora