25. ⚡Cosas de hermanas⚡

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Sigo extrañado al ver a la hermanita de Kiara llorando a moco tendido dentro de uno de los cubículos de este baño. Ella levanta la mirada en cuanto se da cuenta de que alguien ha mencionado su nombre, cosa que me muestra aún mejor su cara llena del rímel corrido y sus ojos rojos.

- Yo te conozco – dice mientras se limpia las mejillas con un poco de papel higiénico.

- Soy Víctor, el jefe de tu hermana.

- Ah sí – asiente recordando ese detalle - ¿Qué haces ahí asomado? ¿Necesitas papel?

- No, vine a limpiarme la camiseta y te escuché – es un poco cómico esto, porque básicamente estamos hablando desde arriba de un cubículo - ¿Estás bien?

- No – claro, vaya pregunta más estúpida he hecho. Salto al suelo bajándome del retrete y abro su puerta para acercarme a ella, la pobre se nota demasiado mal y me da pena.

- Ey – me agacho para quedar a la altura de sus ojos – Puedes contarme si quieres, no voy a juzgarte por nada.

- Seguro vas a pensar que soy una tonta.

- Con la cantidad de tonterías que he hecho yo a tu edad, ¿crees que no te entendería? – limpio con cuidado una lágrima que resbala rápidamente con su mejilla. Me está dando mucha ternura, me recuerda a mis hermanas y a la princesita – Además, yo no soy nadie para llamarte nada, todos cometemos errores.

- Ya... - mira hacia abajo mientras juega con el papel mojado que hay entre sus dedos.

- ¿Necesitas algo? – encoje sus hombros, poniendo un poco de pucheros para evitar sollozar. Opto por darle un abrazo porque, aunque no la conozca casi nada, sé que lo necesita – Ven, anda – la envuelvo con mis brazos y la hago apoyar la cabeza suavemente contra mi hombro. Vuelve a llorar escondiendo su cara en mi pecho, estoy sufriendo en serio por ella, odio ver a las mujeres llorar y no sé qué hacer para que se la pase un poco el disgusto - ¿Quieres que llame a tu hermana?

- Ahnm – murmura algo que no consigo entender, pero creo que me ha respondido de forma afirmativa en cuanto la noto asentir con su cabeza.

- Vale – intento sacar mi móvil sin dejar de abrazarla ni apartarla y, tras unos segundos de suspense, por fin logro dar con él.

- Ha salido también, no sé si te responderá – se suena los mocos al mismo tiempo que yo busco su número en mis contactos.

- A mí me va a responder sí o sí, como si me tengo que pasar llamándola toda la noche – adjudico antes de pulsar el botón de llamada y poner la opción con el altavoz.

El sonido de piiiii nos recibe una vez. Dos veces. Tres veces. Cuatro veces... Y no contesta. Pruebo de nuevo, es probable que si está en una discoteca no le escuche. Ahí va el piiii de nuevo.

- Vamos Kiara, joder – aprieto con fuerza el móvil, la dije que tenía que estar pendiente de mis llamadas las 24 horas por si había alguna urgencia. Como de costumbre, le ha entrado por un oído y no ha querido quedarse mucho en su cerebro.

- No pasa nada, puedo irme sola a casa.

- No, tú no vas a irte ni a estar sola, no estás bien – vuelvo a insistir por tercera vez llamando a su maldita hermana mayor.

- ¿¡Qué demonios haces llamando un sábado a las 2 de la madrugada!? – sonrío al ver que he logrado que me conteste, a mí a pesado no me gana nadie.

- ¿Te lo pasas bien en la fiestuqui?

- Genial hasta que he visto que un idiota no deja de llamarme.

- ¿Me has ignorado las llamadas a posta?

⚡TORMENTA DE ARENA ⚡#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora