17.⚡ Los kiwis pinchan⚡

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- Ay Dios, qué mal rollo – camino en círculos alrededor de la alfombra de mi oficina. Tengo una mezcla de sentimientos, estoy entre acojonado, preocupado y asqueado desde lo que me pasó ayer en la joyería - ¡Me he tragado un anillo!

- ¿Te vas a morir? – paro de golpe cuando Álex hace esa pregunta.

- ¡No! – respondo con rapidez, pero luego me quedo pensativo - ¿No, no?

- Qué coño te vas a morir – suspiro con un poco más de alivio cuando Celia le quita tanto dramatismo al asunto – Es un anillo, no una bomba que tiene cuenta regresiva.

- Entonces, ¿te van a operar? – miro de nuevo a Celia para que esta conteste por mí. Se me está revolviendo el estómago, no me gustan los hospitales ni las operaciones.

- Víctor, has llamado cinco veces al médico y te ha dicho que no te preocupes, que los vas a expulsar de forma natural.

- Ah entonces tienes que comer fibra, tío.

- Es que no me fío de ese médico. Quiero una segunda opinión, voy a llamar a Houston.

- Pues te van a decir lo mismo, pero en inglés.

- Go to the toilete.

- ¡A que te pego!

- Ya, ya – Celia me detiene en cuanto me ve unas claras intenciones de cumplir mi amenaza – Víctor, solo tienes que esperar y comer alimentos que te ayuden a ir al baño.

- Come kiwis.

- No me gustan.

- Pues son muy buenos, yo con ellos voy puntual cada mañana.

- Gracias por ser tan gráfico Álex – aparto el pelo de mi cara y me tiro en el sofá - ¿Dolerá cagar eso?

- Igual sí, es muy duro.

- Y cambiando de tema porque este me está empezando a poner un poco incómoda... - sonrío dándome cuenta de la expresión de asco de Celia - ¿Cómo acabaste comiéndote un anillo?

- Fui con Kiara a recogerle porque un amigo le había encargado, se le probó y como no salía tuve que lubricar – la explico como si fuera algo normal que pasa en mi día a día, que es posible, a mí siempre me pasa de todo – Lubriqué mucho con mi boca y me le tragué.

- No debería haber preguntado.

- Esas cosas pasan.

- No, eso no pasa.

- Pero... ¿follasteis? – habla mi amigo de nuevo tras escuchar nuestra charla.

- ¿Eh?

- Como has dicho que lubricaste.

- El dedo joder, no hicimos nada. Solo se la quedó el anillo atascado en el dedo.

- Oh pobre Kiara, ¿la dolió?

- Eso duele, se te empieza a hinchar el dedo y a poner morado porque no te llega la sangre.

- Pobrecita.

- ¿Pobrecita? ¡Se supone que el que tiene que cagar un anillo de diamantes soy yo! – cuando Kiara entra en conversación, ella es la víctima y los problemas míos no importan. Tócate los cojones.

- Por cierto, ¿dónde está?

- En su mesa leyendo lo que encontramos en la oficina del hotel – la he mandado hacer eso en cuanto ha llegado porque sabía que, si venía con nosotros, se iba a reír aún más de mí con ellos y no me da la gana. Bastante me vaciló ayer.

- Oh, entonces que venga – Álex pulsa el botón rojo de mi teléfono, el cual me comunica con ella – Kiara ven a mi despacho ahora – habla poniendo la voz más gruesa, deduzco que imitándome.

⚡TORMENTA DE ARENA ⚡#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora