⚡TORMENTA DE ARENA ⚡#1

08. ⚡Me vendría bien un bozal⚡

Abro la puerta del edificio con delicadeza, procurando no hacerlo tan brusco como las últimas veces, más que nada para no propiciar una hostia a alguna persona que tenga intención de salir al mismo tiempo que yo entro. Avanzo por el vestíbulo, notando varias miradas en mi persona. Mujeres sedientas de que un buen hombre las empotre bien fuerte. No me importaría, hoy tengo ganas de follar. Aun así, lo máximo que hago es guiñar un ojo a las que me son más llamativas antes de llegar a la mesa de recepción.

Este lugar está compuesto por varias plantas donde se trabajan diferentes temas judiciales, todo lo que hay detrás de los casos, las investigaciones, papeleo, información y demás. Es una empresa familiar dirigida por mi padre, el director y mi tío paterno, el subdirector. Aunque eso no creo que perdure más de dos años, cuando ambos se jubilen y se den cuenta de que yo soy el mejor sucesor de esta línea de abogados, yo seré el puto rey de esta majestuosa empresa que gana millonadas con cada caso ganado. Y yo gano siempre, la palabra "perder" nunca va a estar en mi vocabulario.

- Buenos días, Teresa - sonrío a la señora que se encuentra detrás de la mesa de recepción. La conozco desde que soy enano, puesto que ella se ha encargado de cuidarnos a mis hermanas y a mí cuando mis padres tenían que ir al trabajo. Es como una segunda madre.

- Hola pequeño - me da una sonrisa dulce - ¿Estás más relajado que los anteriores días? Te vi de muy mal humor - suspiro dándola la razón. Tengo que controlar mi genio porque suelo pagarlo con las personas que menos se lo merecen.

- Todo está bien - la aclaro para que se la vaya todo tipo de preocupación - ¿Sabes si ya llegó mi secretaria?

- ¿Kiara? - asiento recordando que ya se conocen. Bueno, la conoce la mitad de la empresa y solo lleva aquí dos días - Sí, ha llegado 5 minutos antes que tú - al menos sé que está aquí, otra cosa es que la encuentre en su mesa de trabajo - Parece que ya es oficial que se queda, ¿no?

- Eso parece - murmuro por lo bajo.

- Es una chica muy simpática y humilde.

¿Hablamos de la misma persona?

- Supongo.

- No me pongas esa cara, por algo has querido que continúe trabajando contigo.

Para mí.

- Esperemos que haya elegido bien - estiro mi cuello para dejar un beso en su mejilla antes de despedirme de ella - Luego te veo.

Golpeo la superficie de cristal con mi puño, continuo mi pase de modelos por el pasillo y comienzo a subir las escaleras, sabiendo que todas las miradas se rehúsan a alejarse de mi parte trasera. Me acercaría a un par de mujeres que deben de estar bien ricas, pero dentro de la empresa no suelo tener ese acercamiento. Mezclar el placer y el trabajo puede volverse peligroso, prefiero ligar fuera de aquí. ¿Qué queréis? He madurado.

A mitad del trayecto por las escaleras me doy cuenta de que soy algo imbécil, ¿qué hago subiendo por las escaleras si hay ascensor? No sé, la verdad es que tengo curiosidad de averiguar si mi secretaria se encuentra en su puesto de trabajo y a veces los ascensores son jodidamente lentos, sobre todo aquí que hay 20 plantas.

Lo primero que mis ojos divisan es a una Celia concentrada en su ordenador y la puerta del despacho de Álex cerrada.

- ¿La pareja del año ha vuelto a discutir? - la pregunto, haciendo que ella se dé cuenta de mi presencia. Raro es que estos dos no estén tonteando o trabajando juntos.

- Buenos días - me saluda en tono serio - Tienes a tu secretaria en el baño - miro hacia el lugar que me ha nombrado, aunque ya me había dado cuenta de que estaba por el bolso negro que reposa en el lateral de su silla.