12. ⚡La venganza es un plato que se sirve... ¿Caliente?⚡

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Kiara casi ni me da tiempo a aparcar cuando ya ha abierto la puerta del coche y se ha lanzado a correr para localizar a su hermanita. Apago el motor y salgo también del coche encontrándola junto a Keira, la cual está sentada en el bordillo de la acera.

— ¿Cómo has entrado a este sitio si eres menor de edad? — cuestiona agarrándola de la cara y comprobando su estado.

— He cogido el carnet falso que usabas tú con mi edad — Kiara se golpea la frente, yo me río.

Típico, ¿quién no lo ha hecho?

— Encima me robas la ropa — señala la minifalda que lleva su hermana — Joder, Keira.

— ¿Puedes dejar la regañina para mañana? — la niña está mal, tiene el maquillaje corrido y por la forma en la que habla deduzco que ha bebido bastante alcohol.

— ¿Qué te ha pasado?

— Alan... — un chico, jodido.

Pareces un viejo sabelotodo.

— ¿Qué te ha hecho el imbécil ese ahora?

— Me fui al baño y cuando volví estaba bailando con... — se calla al darse cuenta de mi presencia — Oh, tu jefe follable.

— Que no es mi jefe.

— ¿Follable? — la sonrío divertido con el objetivo de contagiarla, un poco lo consigo — Gracias, linda.

— Keira — su hermana la llama para que se centre en ella — Te he dicho mil veces que ese chico no te conviene — esta gruñe mirando al cielo y cerrando los ojos.

— ¡Ya lo sé! — grita haciendo que varias personas que hay a nuestro alrededor nos miren con extrañeza. Les hago un gesto para indicar que estas dos mujeres están medio locas y lo entienden perfecto.

— ¡Pues deja de verle!

— ¡Pero le quiero!

— ¡Tú que vas a saber lo que es querer!

— ¡Y tú qué coño sabes lo que siento!

— ¡Eres una niña, no sabes nada del amor!

— Bueno... — las dos me miran con la furia incrustada en sus pupilas, intento medir un poco más las siguientes palabras que debo decir — El amor no tiene edad.

— ¡Eso! — la pequeña me señala al notar que la estoy dando la razón.

— Víctor, no te metas — me advierte Kiara.

— Déjale, me entiende mejor que tú.

— Ke, si en el fondo sabes que lo que te digo es cierto. Estás pillada de él y eso se entiende, pero también sabes que es un cabrón que lo único que hace es jugar contigo porque sabe que te tiene cuando le apetezca.

— Y, ¿qué hago?

— Mándale a la mierda — hablo de nuevo — Yo he sido como ese tipo y te aseguro que no va a dejar la vida que tiene de follador sin rumbo por una simple chica.

Ella me escucha y su expresión se torna triste. Lo siento por ella, no me gusta ver a ninguna chica llorar, pero es cierto. A veces es bueno que te den una hostia de realidad en la cara.

— Es verdad... — mira a su hermana — Solo soy una más.

— Te los buscas gilipollas, ¿qué quieres?

— Tú no eres la más indicada para decirme eso, hermanita.

— Tenemos el gen de fijarnos en niñatos — ambas sonríen.

⚡TORMENTA DE ARENA ⚡#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora