Capítulo 8: Renacimiento Parte 1

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Una vez que detectaron que él cosmo de los sirvientes de Kronos había desaparecido, Seiya por petición de Saori escuchó las palabras de Zeus, a lo que el actual caballero dorado de Sagitario no le quedó más remedio que aceptar que era la única manera de acabar con esta guerra, antes de que se puedan perder más vidas, aunque no le gustaba tener a Hades o a Poseidón sueltos otra vez, sobre todo después de lo que sufrieron en la última guerra santa contra el dios del inframundo, donde los caballeros dorados se tuvieron que sacrificar para que pudieran acceder a los Elíseo.

-Está bien, ¿entonces qué se necesita para eso?-Preguntó Seiya, sabiendo que para Poseidón solo haría falta liberarlo del sello de Athena, pero con Hades no tenía idea.

-Necesitaremos el poder del caballero de Andrómeda, el tuyo, y que los doce olímpicos estemos reunidos.-Le explicó el señor de los cielos.

-¿Espera, por qué necesitáis el poder de Shun y el mío?-Le preguntó Seiya rápidamente, no comprendiendo por qué le pedía eso.

-Es por que Shun es el huésped de Hades, y aunque le pudiera extraer de su interior su alma, aún guarda algo de su esencia en su interior.-Le respondió Saori, antes de revelar por qué debería estar el también.-Y tú Seiya, es porque aún queda un poco de la maldición que Hades puso en ti, al clavarte su espada.-Le reveló.

-¿Creí que había desaparecido cuando fuisteis al pasado?-Le preguntó Seiya, recordando como le contaron sus hermanos, que junto con Saori habían ido al pasado para poder destruir la espada de Hades, aunque es cierto que el tardo que no se recuperó totalmente hasta que Artemisa le arrebato a su hermana la protección de la tierra, y la propia Athena le atravesó con su báculo cuando fue a buscarla.

-Yo también creí que tu alma era tuya, pero parece ser que me había confundido.-Le respondió Saori, con una mirada triste, y pidiéndole perdón, a lo que Seiya sin decir nada le mando una mirada tranquilizadora, para decirla que no pasaba nada.

-Bien, Athena llama a tu caballero y preparaos, en dos días volveré con los demás olímpicos, y la urna donde está encerrado el espíritu de Poseidón.-Les ordenó Zeus.

Una vez dichas esas palabras Zeus avanzo un poco, antes de hacer arder un poco su cosmo y desaparecer en una fuerte luz blanca, cuando Zeus se había ido apareció Titan.

-Mi señora Pallas, señora Athena e registrado los alrededores del santuario y no encontrado ningún aliado más de Kronos.-Les informo el Palasait de primera clase.

-Gracias Titan.-Le agradecieron ambas diosas.

Sabiendo que su hermana y el caballero de Sagitario tendrían que hablar, Pallas le pidió a Titan que la siguiera para dejarlos solos.

-Siento ponerte en esta situación Seiya.-Se disculpó Saori, una vez que estuvieron solos.

-No te preocupes Saori, sé que a ti tampoco te gusta, y que es la mejor opción que tenemos para proteger a la tierra y a los que la habitan.-Le dijo Seiya, para tranquilizarla.-Al que no le va a gustar va a ser a Ikki.-Comentó, antes de que ambos empezaran a reírse sabiendo como se pondría el caballero de Fénix.-Iré avisar a los demás de que iré a buscar a Shun.-Le advirtió.

-No te preocupes, yo se lo diré a Harbinger todo esto, para que pueda informar a los demás.-Hablo esta vez Saori, a lo que su caballero solo asintió con la cabeza, en señal de asentimiento.

-Creo que tienes a unos jóvenes que atender.-Comentó Seiya, al sentir el cosmo de los jóvenes caballeros en los aposentos del patriarca.

Donde después de despedirse la pareja, donde Seiya uso su velocidad para ir a buscar a su amigo a Palestra, mientras Saori bajaba al templo del Patriarca para poder hablar con Harbinger, para al llegar se sorprendió al ver al santo que había criado desde que era un bebe, el cual estaba acompañado por los santos de Águila y León Menor.

Saint Seiya Ω La Batalla Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora