Capítulo 9: Renacimiento Parte 2

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Sin saber que Marin se iba a enfrentar a una gran jauría de lobos, de un tamaño muy superior al normal, el caballero de Acuario se enfrentaba a su antiguo amigo, el cual no mostraba signos de reconocerlo.

-Isaac, soy yo Hyoga.-Le llamo el caballero de Acuario, ya que sabía que aunque en la batalla contra Poseidón tuvieron que luchar, al final habían hecho más o menos las paces antes de que el marine de Kraken muriese.

-Hyoga, no te reconocerá, ha sido revivido por un dios, y está siendo manipulado por él.-Le advirtió Freya, al ver como el antiguo santo del Cisne solo esquivaba los ataques del que una vez fue su amigo.

-Si así es, tendré que hacerle recordar quien soy.-Contestó dando un salto para atrás, y haciendo arder su cosmo.-Te haré recordar nuestro lazo con esta técnica.-Le avisó mientras trazaba con sus brazos y piernas las estrellas de la constelación del Cisne.-¡Polvo De Diamantes!-Dijo mientras estiraba su brazo, y hacía dirigir su ataque contra Issak.

Al ver esto el antiguo marine de Poseidón, extendió sus brazos hacia arriba creando dos esferas y un aire frío, donde juntando sus manos creo una esfera más grande, la cual lanzó contra Hyoga en forma de violentas ráfagas de viento helado.-¡Aurora Boreal!-Us-Dijo utilizando su habilidad, la cual choco contra el ataque de Hyoga.-Tu ataque es poderoso, pero contra él mío no tiene nada que hacer.-Le avisó, observando como su ataque iba superando al de Hyoga.

-Aún no te enseñado todo mí poder.-Le respondió, haciendo arder más su cosmo, logrando recuperar así el terreno que había perdido.

Mientras el combate entre ambos seguía sin un ganador claro, Marin acaba de ver como cientos de lobos con un tamaño superior al de los lobos normales se encontraban delante de ella, soltando gruñidos, y esperando para abalanzarse contra ella.

-Freya, no te alejes de mí.-Ordenó la amazona de Piscis, a la mujer que se encontraba detrás de ella.-¡Rosas Piraña!-Volvió a usar el último ataque que había usado contra Licaón, consiguiendo detener a bastantes lobos.

En el santuario

Ajenos a los combates que dos de sus caballeros estaban librando en las tierras de Asgard, Athena se encontraba junto con Harbinger en la sala del patriarca, reunidos con un hombre de la edad de Seiya y los demás, con la melena plateada.

-Me alegra saber que estos años alejado de este mundo, te han tratado bien Mei.-Dijo feliz Saori, al ver al verdadero heredero de la fortuna de su abuelo, pero que este había rechazado para que le tratasen como a los demás huérfanos, e ir a entrenar como los demás.

-A sido un poco aburrido, pero necesitaba este tiempo para recuperarme completamente.-Respondió educadamente el antiguo santo de Coma, ya que su retiro fue propuesto por la propia Athena para que se recuperará completamente del enfrentamiento contra Tifón.-¿Qué es lo que ocurre?-Preguntó, queriendo saber por qué había sido llamado ahora, y no antes, cuando se enfrentaron a Marte, Apsu, Pallas o Saturno.

-Los titanes han despertado, y Kronos los está reuniendo.-Empezó hablar Athena.-Es por eso que necesitamos de tu ayuda para acabar con ellos.-Le indicó, señalando a la piedra armadura que estaba colgada donde debería estar la caja de Pandora de Cáncer.

-Será un honor volver a luchar junto con mis hermanos, para defender la paz de la tierra.-Dijo Mei.-Y estoy honrado de poder hacerlo con la armadura de mi maestro.-Termino de hablar, momentos antes de elevar un poco su cosmo, y que la piedra armadura de Cáncer fuera volando hacía él.

-Espero que estos años en los que has estado haciendo el bajo no te hayan ablandado.-Le avisó Harbinger.-Porque si no yo mismo me haré cargo de entrenarte, y así oír como suenan tus huesos.-Le advirtió, haciendo chocar su puño izquierdo con su palma derecha.

Saint Seiya Ω La Batalla Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora