Han pasado poco tiempo desde que los caballeros de Athena vencieran a Saturno y restauran la paz en la tierra, en ese tiempo hubo paz y se reconstruyó todo lo que fue destruido, pero un nuevo enemigo a despertado un enemigo que en la era del mito fu...
Los tres caballeros dorados se quedaron impresionados al ver como un enorme dragón de color negro, parecido a los dragones chinos, con armadura, aparecía de entre los árboles, liberando una gran energía.
-¿Qué es esto?-Preguntó Mei, al ver aquel extraño guerrero, el cuál desprendía una enorme cantidad de energía, mucho más poderosa que los gigantes, pero algo menor que la de los titanes.
-Yo soy Drakon de Margarites.-Se presentó el dragón, avanzando unos pasos.-Soy uno de los tres gigantes de élite, del ejército de Kronos, por lo que somos sus guardias personales.-Les advirtió, antes de lanzarse contra los santos.
Logrando usar la velocidad de la luz pudieron esquivar el ataque de Drakon, por los pelos, ya que aunque era veloz, no podía igualar la velocidad de los caballeros.
-Este no es un gigante normal.-Comentó Yasmin, mientras se deslizaba hacía un lado para poder esquivar el ataque de la cola de Drakon.
-Si lo que ha dicho es cierto, nos costará vencerlo.-Advirtió Mei, recordando lo que su maestro le había contado.
-Así es, no nos venceréis tan fácilmente.-Hablo una voz masculina desde la vegetación, la cual era una voz muy profunda, casi como si fuera gruñidos de un animal.
Cuando los tres caballeros se reunieron una vez, y pudieron ver de dónde provenía aquella voz, pudieron ver un enorme León de piel oscura, y con armadura negra, pero este no venía solo, ya que a su lado había un hombre de gran tamaño, pero a diferencia de los otros gigantes que tenía un gran cuerpo, este estaba casi en los huesos, y portaba una armadura de color negra como sus hermanos.
-Nosotros somos, Thêr de Elektron y Hoplisma de Nephritis.-Presento el gigante con forma humanoide, primero al que tenía apariencia de león, y luego a si mismo.-Y solo vosotros tres, no podréis hacer nada.-Les advirtió.
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Cuando los tres gigantes se miraron hicieron hacer arder su cosmo, haciendo salir volando tanto a sus guerreros, como a los guerreros del olimpo, mientras que los tres santos dorados se vieron obligados a retroceder unos metros mientras se cubrían con sus manos, por la cantidad de viento que habían levantado los gigantes.
-Para ser más débiles que los titanes, tienen una gran fuerza.-Comentó Yasmín, la cual recordó que sus compañeros sólo habían podido vencer a esos titanes, después de mucho esfuerzo y de elevar más haya su cosmo.
Mientras esto ocurría en las partes inferiores del olimpo, Seiya que se encontraba aún en las puertas, sintiendo como tres cosmo cerca de sus amigos, se elevaban de una forma increíble, a la vez que los cosmos más débiles, los cuales supo que eran de los guerreros rasos del olimpo y de los titanes, desaparecían. Sabiendo que rompería la promesa que les hizo a sus amigos, se dispuso a reunirse con ellos, antes de sentir como otro cosmo de gran poder aparecía cerca de él.
-¿Quién está ahí?-Preguntó el santo de Sagitario, al solo sentir aquella energía, pero sin ver nada.
-Parece que no se te puede pillar desprevenido.-Hablo una voz masculina desde detrás de una de las columnas que había por la zona, dejando ver a un hombre de piel algo oscura, como la de los demás titanes, un cabello algo alargado de color negro azulado, y ojos rojos. Al igual que los otros titanes, su armadura era de color negra con detalles morados, lo más llamativo de su armadura, era que su casco tenía unos cuernos como el de los muflones, y sus hombreras con salientes.-Soy Hyperion de Ébano.-Se presentó el titan.-Y he venido acabar con los santos dorados, para vengar la muerte de mis hermanos.-Le advirtió, a la vez que se quitaba la capa.
