16. ᴘʀᴜᴇʙᴀᴍᴇ

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El lunes siguiente a Renjun le costó horrores mirar a su jefe a la cara. Se había autoconvencido de que esos pensamientos habían sido fruto de la mezcla de alcohol con frustración sexual. Pero aún así sentía que Jaemin había ganado una batalla que ni siquiera sabía que estaba librando.

—Traéme un bollo Renjun.

—Ve tú a por él.

—Eres mi ayudante, tienes que ir tú.

—Soy tu ayudante, no tu recadero.

—En realidad tu trabajo es encargarte de mis necesidades y ahora mismo estoy necesitado de comida. Y como tú no me dejas comerte tendrás que irme a por un bollo. Uno como el de aquel día, que estaba muy bueno.

Renjun suspiró.

—No voy a traerte comida al despacho, las de las limpieza se están quejando de que lo dejas todo perdido.

—Uhm... Qué extraño... Han limpiado cosas mucho peores que un par de migas y nunca he recibido ninguna queja.

—Por dios...

—Me refiero a tierra y arena que dejé una vez que vine de la playa. Malpensado... Ah bueno, sí , es verdad, y también semen de los sofás. Y del suelo, y de la silla, y la mesa, la estantería, los libros, la puerta, la ventana, las paredes...

—¡Vale ya! Lo capto, nadie se ha quejado vale, era para que dejaras de insistir.

—Ay.... Renjun, Renjun, Renjun... Cuánto te queda por aprender. Nunca debes ceder, si mientes, miente hasta el final.

—Vale, tomo nota, ¿podemos continuar?

Renjun estaba sentado frente al escritorio de Jaemin. Debían revisar un acuerdo para decidir si firmarlo o no, pero su jefe prefería molestarlo a él antes que tomarse su trabajo en serio.

— Renjun.

—¿Qué?

— Renjun.

—¿Qué quieres?

—...

—...

—Renjuuuuuuun.

—¡¿Qué pasa?! —gritó levantando la vista del papeleo.

—He notado que últimamente ya nunca me miras a los ojos.

—Qué pena tan grande. —Volvió a los papeles.

— Renjun.

—Lee el contrato anda. O no acabaremos nunca.

—¿Por qué ya nunca me miras cuando lo hacemos?

—¿Qué es lo que estás diciendo...?

—Cuando revisamos papeles. Ya nunca me miras cuando revisamos papeles.

—No me hace falta mirarte.

—Yo quiero que me mires, tu cara me pone y eso me motiva para trabajar.

—Más bien te motiva para lo contrario. Y precisamente esa es otra razón para no mirarte.

—Pues yo quiero que me mires. Desde todos los ángulos, sobretodo desde abajo. Como el otro día, ¿te acuerdas? Bueno, la verdad es que ese día no me miraste, y mejor así porque si llegas a mirarme así como estabas de rodillas no hubiera podido resistirme a metértela entera hasta...

—¡Jaemin! Ya es suficiente. Trabaja.

—Perdón. Es que me vengo arriba pensando en ti. Debería escribir un libro... Contigo tengo tantas fantasías que seguro que me da para una saga.

Odio A Mi Jefe (JaeJun) [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora