Odio A Mi Jefe (JaeJun) [ADAPTACIÓN]

27. ʟᴏs ᴅɪᴀs ᴊᴜɴᴛᴏs

Cuando Renjun abrió los ojos por la mañana, Jaemin estaba de medio lado en la cama con la cabeza apoyada en su mano, observándolo con una sonrisa alegre.

—Buenos días, hoy me he despertado antes para asegurarme de que no salías corriendo—dijo Jaemin.

—Bue-buenos días...

Renjun había vuelto a pensar en sus acciones y ahora no sabía qué hacer. No sabía cómo comportarse delante de Jaemin, no sabía cómo debía hablarle, ¿qué tenía que decirle en esa situación?

Por suerte (o desgracia) Jaemin sacó su teléfono y les hizo un selfie.

—¿Qué haces? —dijo Renjun cubriéndose demasiado tarde.

—Una foto para ponerla de fondo de pantalla. Mira, también te saqué unas cuantas mientras dormías, es que estabas tan guapo. Esta la puse como fondo de pantalla.

—Borra todo eso ahora mismo.

—De eso nada, ahora son mías.

—Dame eso — Renjun intentó quitarle el teléfono, pero solo logró ponerse encima de él.

Cuando lo alcanzó ya lo había bloqueado y lo único que podía ver era una foto con Jaemin haciendo un corazón con los dedos al lado de él durmiendo con la boca medio abierta.

—Dime la clave.

—Oh no, la privacidad de la pareja es muy importante no puedo darte la clave.

—¿P-pareja?

—Somos pareja ¿no? Las parejas tienes sus fotos de fondo de pantalla. ¿O eso ya no se lleva? Lo siento es que nunca he tenido novio.

—N-novio... — Renjun bajó la mirada, observando la foto del teléfono de Jaemin, todo eso era una locura para él y lo único en lo que podía pensar era en que Jaemin salía extremadamente guapo.

—¿Qué te pasa?

Jaemin le puso las manos en las piernas, que descansaban a ambos lados de su cuerpo. Acarició sus muslos y subió por el pantalón de pijama a cuadros que llevaba puesto para acariciarle la espalda por debajo de la camiseta.

Tuvo que incorporarse un poco pero eso le sirvió para acercarse más a Renjun y así poder olerle. Le quitó el teléfono de las manos y se metió entre sus brazos. Renjun no sabía muy bien cómo reaccionar. Nunca se había imaginado tener a Jaemin de esa manera. Pero también olía bien.

Terminó abrazándolo, Jaemin no llevaba nada de cintura para arriba y su piel estaba fría y suave.

Vestido con sus trajes estaba guapísimo e imponente, pero verlo medio desnudo por la mañana y con el pelo desordenado era como ver a un ángel caído del cielo.

Jaemin le acariciaba la espalda, le clavaba los dedos de arriba abajo mientras olía su cuello. Renjun le sujetó la cara, se miraron unos instantes, sonrieron, no podían evitarlo, y luego se besaron.

Besarse les llenaba por dentro, les embriagaba de una locura cálida que ni ellos mismos eran capaces de explicar. ¿Era amor? No lo sabían. Aún no lo sabían.

Jaemin no tardó en tomar el mando y al poco rato lo tiró contra la cama. Lo hicieron varias veces, cambiando de posición a cada rato, hasta que ninguno pudo más.

Tenían hambre y Renjun preparó algo de comer mientras Jaemin lo abrazaba por detrás y apenas le dejaba moverse. Comieron sentados en el suelo en la pequeña mesa que Renjun tenía. Después de lavar los platos entre los dos volvieron a la cama, y hablaron, hablaron de todo un poco.