El hombre y la mujer apartaron la mirada. Jaemin se metió las manos en los bolsillos y se acercó a ellos.
— ¿Les parece divertido?
—N-no... —dijo el hombre.
—¿Hay algo que quieras decirme?
—N-no señor director.
—¿Y tú? —dijo mirando a la mujer—. ¿Nada que decir?
—No señor director.
—Qué raro. Pareces de las que siempre hablan aunque no tengan nada bueno que aportar.
La mujer se puso completamente roja. Jaemin acercó la cara a la cara del hombre, tuvo que agacharse un poco porque era algo más bajo que él.
—¿Y a ti quién te ha robado algo?
—¿Robado? N-no... nadie me ha robado nada.
—¿Seguro? Hace un rato decías que te podían robar el proyecto en el que trabajabas ¿Quién te lo querría robar?
—E-era... No era más que una broma.
—¿Y tú de quién no te fías? —Le dijo a la mujer—. Porque si hay alguien del que no puedas fiarte en tu puesto de trabajo es mejor que se lo hagas saber a recursos humanos para que se hagan cargo.
—Era solo una forma de hablar...
Jaemin los miró fijamente. Ellos tragaron saliva. Los severos ojos de su jefe eran de lo más intimidantes.
—Yo nunca me he acostado con Renjun.
Los empleados abrieron mucho los ojos. El director lo sabía. Sabía lo que habían estado diciendo por ahí.
—No-nosotros nunca hemos pensado que...
—Él es un trabajador ejemplar que no permite que le pongan la mano encima. ¿Les quedó claro?
—S-sí —dijeron al unísono.
—Lo único malo que tiene es que no sabe defenderse a sí mismo. Pero para eso estamos los superiores, ¿verdad? Si a ustedes los tratara mal algún compañero me lo harían saber ¿no es cierto?
—Por supuesto...
—Bueno... — Jaemin dio dos pasos hacia atrás—. Están despedidos.
—¿Qué? ¿Por qué? ¿Por qué nos despides?
—¿Que por qué los despido? Porque pienso que lo primordial en una empresa es el trabajo en equipo. Y para poder trabajar en equipo uno tiene que rodearse de personas competentes, y para ser una persona competente hay que ser buena persona. Y en el tiempo que llevan aquí me habían demostrado que no son buenas personas. Y yo no quiero a ninguna mala persona en mi equipo.
—Espera un momento, nosotros somos buenas personas.
—¿Una buena persona haría lo que ustedes le habían hecho a Renjun?
—No le hemos hecho nada. Ni siquiera lo conocemos. —Se defendió la mujer.
—Exacto. No lo conocen — Jaemin se aproximó a la puerta—. Ah!, y dile a esa otra amiguita tuya con la que siempre hablas que también está despedida, aunque ya se enterará cuando le llegue la notificación. Al igual que a ustedes.
—¡Esto no es justo! ¡No puede despedirnos solo por hablar mal a espaldas de alguien! Eso lo hacen en todas partes.
—No en mi empresa.
—En su empresa y en la de cualquiera.
—Si me entero de que alguien ha hecho lo mismo que ustedes, ten por seguro que también estará en la calle en menos que canta un gallo. Ustedes habrán tenido la mala suerte de que los he pillado.
—¿Ah sí? Pues Yeji de la planta nueve siempre dice que usted es un sádico gay pervertido. ¿Va a despedirla a ella también?
Jaemin enarcó una ceja.
—Una cosa es hablar mal de alguien sin conocerlo y otra muy distinta es decir verdades.
Les dedico una amplia sonrisa y se marchó en dirección a su despacho.
Mientras caminaba por los pasillos llamó a Ryujin.
— Ryujin, necesito que despidas a tres personas.
—¡¿Tres personas!? ¡No Jaemin! No puedes repartir despidos como quién reparte caramelos. ¿Qué ha pasado esta vez?
—Han insultado a Renjun.
—Oh... En ese caso redactaré las cartas de inmediato. ¿Estás seguro de que lo han hecho?
—Los he oído yo mismo.
—Es increíble... Con lo buena gente que es Renjun... Me cuesta creer que alguien pudiera insultarlo.
—Despídelos lo antes posible, no quiero volver a verlos.
—Hoy mismo les mandaré la carta, y tendrán quince días para irse definitivamente.
—Quince días es mucho tiempo.
—Es la ley... Oye Jaemin.
—Dime.
—Es la primera vez que te veo defender a uno de tus ayudantes. ¿Le estás cogiendo cariño?
—Puede...
—¿Te gusta?
—Sí... Me gusta. Me gusta mucho.
ESTÁS LEYENDO
Odio A Mi Jefe (JaeJun) [ADAPTACIÓN]
FanfictionRenjun consigue el trabajo de ayudante de dirección en una gran empresa de publicidad. El único al que tiene que rendirle cuentas es a su arrogante, egoísta, pervertido y sádico jefe. ¿Tirará la toalla o se acostumbrará al mal comportamiento de ese...