18. ɪɴɪᴄɪᴀɴᴅᴏᴛᴇ

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—Renjun, no entiendo esto, ¿podrías explicármelo?

Renjun se puso al lado del director.

—¿Qué es lo que no entiendes?

—Esta parte.

Renjun se acercó un poco más pare leer mejor el documento.

—Hueles muy bien... —susurró el director en su oído.

Renjun se apartó estrepitosamente.

— Arreglatelas tú solo.

—Queeeeeé... Pero tienes que ayudarme, no lo entiendo...

—Eres el director general de tu propia empresa, llevas años trabajando en esto, así que no me vengas con cuentos, lo entiendes perfectamente.

—Que aburrido eres Injun... Yo solo quería escuchar tu dulce voz explicándome cosas. Eres muy bueno explicando, deberías ser profesor.

—Si mis alumnos fueran como tú renunciaría el primer día.

—Mentiiira... yo soy como yo y tú sigues aquí.

—Porque no me queda más remedio, y porque me pagas muy bien.

—A Injunnie le gusta el dinero eh...

—A todos nos gusta.

—Renjun.

—¿Qué?

—Te doy cien dólares si te bajas los pantalones ahora mismo.

—Estás loco.

—¡Mil!

—No.

—Dos mil.

—He dicho que no, ponte a trabajar.

—Diez mil dólares. Lo digo en serio, solo por bajarte los pantalones, calzoncillos incluidos claro, no te voy pagar toda esa cantidad sin que me dejes ver el paquete entero.

—¡Trabaja de una vez! — Renjun le golpeo con los papeles en la cabeza.

—De acuerdo... ¿Qué me dices a esto? Te doy cien dólares si me bajas tú a mí los pantalones. Ya lo hiciste una vez así que es dinero fácil.

—N-no llegué a bajártelos.

—Pero ya me viste sin ellos. ¿No quieres ganar cien dólares?

—¿No eran diez mil?

—Ha vuelto a bajar, y si tardas más en responder bajará más.

—Por menos de diez mil no te hago nada.

—Vale. Once mil por bajarme los pantalones.

—Trabaja anda...

—Lo digo completamente en serio — Jaemin abrió un cajón de su mesa y sacó un talonario en el que escribió la cifra acordada y se lo entregó a Renjun.

—No... no puedes estar hablando en serio... esto es mucho dinero incluso para ti.

—Tsh... Tú no sabes lo que es mucho dinero. Esto es lo que gano solo con respirar un par de segundos.

—Aun así...

A Renjun le tentó su oferta. Con ese dinero podía hacer muchas cosas y era dinero al instante por algo muy sencillo. Pero si lo hacía seguramente llegarían a algo más, eso era lo que quería ese degenerado. Y no solo eso, sino que si aceptaba el dinero se estaría convirtiendo en un prostituto. Y no uno barato precisamente.

Odio A Mi Jefe (JaeJun) [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora