ocho días pasaron desde esa pequeña discusión.
pensó que sanzu bajaría del auto y tocaría su puerta, dispuesto a hablar sobre lo ocurrido. o que a la mañana siguiente despertaría con un mensaje o una llamada perdida del otro, totalmente arrepentido por lo que hizo.ninguna de las dos opciones ocurrió.
lo normal sería que le diera igual, poniendo como excusa el hecho de que se conocían hace menos de dos meses, que sólo se vieron dos veces y que tampoco es que se quedaran charlando por mensaje hasta tarde.
pero decir que no le importó sería mentir, porque sí le afectó.estaba decepcionada, creyó que el otro era una persona que estuviera al tanto de sus errores pero ella no lo iba a condenar por ellos siempre y cuando estuviera dispuesto a mejorar, después de todo, todo el mundo comete fallas. se equivocó al pensar en sanzu como otro estilo de persona, quizás hasta lo idealizó demasiado.
¿exageraba?, tal vez, ¿por qué no?, pero es que se sentía mal ante la idea de haberlo perdido por algo tan estúpido.igual forma, que sanzu no le haya escrito no causó que su animo decayera, no es como si su vida hubiera parado porque un hombre no le escribía para disculparse por su acto egoísta. durante esos ocho días continuó con normalidad su rutina de día a día, la única diferencia es que en lugar de hablar con sanzu, hablaba con baji.
también se cruzó por su mente que el pelinegro dejaría de hablarle tras el comportamiento borde y las amenazas del de cicatrices, más no pasó, por suerte.
decir que se volvió cercana con baji era errado, para que fueran realmente cercanos tendría que pasar más tiempo, a penas conocían un poco uno sobre el otro. pero al menos tenía datos básicos, como por ejemplo baji rondaba los veinte y tanto, trabajaba en una tienda de mascotas junto a dos de sus amigos, incluso le pasó la dirección de dicha tienda por si algún día quería pasar a saludar. era una persona que amaba mucho a los animales, aunque se iba por los gatos.
le pareció buen sujeto. y cuidado, no estaba intentando reemplazar el lugar de sanzu con baji, ambos eran totalmente diferentes en todo aspecto y los dos tenían un distinto ¿sentimiento? sobre ella.
a parte, una parte suya, por muy estúpida que fuese, seguía esperanzada de que el pelirosado le hablara otra vez. a lo mejor estaba ocupado con su trabajo y por eso no tuvo tiempo de mandarle un mensaje, tal vez aún seguía recapacitando sobre su error y no quería hablar por vergüenza a admitir que fue un imbécil, o todavía estaba planeando una manera de disculparse con sinceridad.en más de una oportunidad abrió el chat privado con el contrario, queriendo disculparse ella primero, hasta que recordaba que lo único que hizo fue literalmente ir al baño y dejar el celular sobre la mesa. eso no era una invitación a que lo revise, mucho menos que atendiera una llamada que era para ella. entonces las ganas de pedirle perdón desaparecían y seguía con lo suyo.
[ . . . ]
—¿tienes algo que hacer esta tarde?
lunes por la mañana, acababa de salir de la ducha cuando su celular comenzó a vibrar sin parar, anunciando que alguien la llamaba. al acercarse vio que se trataba de baji y atendió en lo que buscaba prendas para vestirse e ir a la universidad.
—hasta donde yo sé, no. ¿por qué la pregunta?
—se me ocurría ir a tu casa a pasar la tarde, te invitaría a comer algo fuera pero se me hace más linda la idea de comer pizza hecha por nosotros en tu casa, y ver alguna película. cualquier género que elijas tú por mí estará bien.