tragó saliva.
¿ahora es cuando debía cerrarle la puerta, asegurarla con llave y llamar a baji y/o a la policía?
el semblante de sanzu pasó de uno serio a uno sonriente, soltando una risa mientras negaba con la cabeza.
—disculpa, no me incumbe saber eso. tendrás tus motivos, es totalmente entendible, aunque usualmente una chica acude a sus amigas para hablar sobre el mal de amores.
(n) frunció el ceño, confundida, ¿de qué mal de amores estaba hablando?, y una mierda. lo suyo no era eso, fue literalmente agredida e insultada.
—como sea, ¿me dejas pasar?, quiero hablar contigo sobre lo que pasó anoche.
—¿por qué tan confiado en que te voy a permitir poner un pie en el interior de mi casa, haruchiyo?, me golpeaste, ¿de verdad esperas que te reciba con los brazos abiertos?
no sabía de dónde sacó la valentía para enfrentarse a él, incluso si no lo demostraba, por dentro estaba temblando y asustada de pies a cabeza.
el otro se había vuelto alguien desconocido e impredecible para ella. ya no sabía qué reacción esperar de él.
—y tienes razón, yo tampoco me dejaría pasar, pero ¿de verdad no me quieres escuchar?, tengo buenas razones.
—el daño hecho no se justifica con nada.
increíble que quisiera intentar darle motivo a su violencia.
no se corrió de la puerta, se quedó mirando al pelirosa. cuando de repente recordó a baji, quien hace no mucho se despidió de ella, ¿eso significaba que se cruzaron?
—¿te haz visto con baji?
—ah, no. si estás preocupada por él déjame decirte que no le hice nada, ni lo saludé, sólo lo vi marcharse, él no me vio.
se quedó más tranquila al saber eso.
sanzu no mentía, lo único que hizo fue ver a keisuke desaparecer en la calle. eso sí, las ganas de golpearlo para dejarlo inconsciente le inundaron. ocultaría el cuerpo y después iría a por él, pero prefirió no meterse en más problemas de los que ya estaba metido.
—por favor, (n). te diré mi motivo, si no me crees puedes echarme y me iré sin volver a insistir. no me verás nunca más.
la fémina dudó, él lo notó, así que se aprovechó de su bondad y llevó una mano hasta la mejilla golpeada, tocándola con suavidad.
(n) retrocedió por acto reflejo, sanzu hizo una mueca ante eso.
—de verdad lo siento, dulzura. no quería que me tuvieras miedo, por favor, deja que me explique.
—no intentes nada raro, no te conviene.
amenazó, pero para haruchiyo eso era más un chiste que una amenaza.
lo dejó pasar, ambos fueron al sofá de la sala, sentándose. ella mantuvo bastante distancia, no lo quería cerca, sólo iba a escucharlo y luego echarlo, parecía no querer irse a no ser que primero oyera sus palabras.
—primero, lamento lo de hannah. ella no me agrada para nada. no sabía que tenías celos de ella, sino me habría quedado contigo.
—ran y rindou dijeron que te estabas acostando con ella.
el pelirosa tensó la mandíbula al oírla mencionar a los haitani, haciéndolo recordar el por qué reaccionó de esa manera tan negativa.
—no están equivocados, estaba, tiempo pasado, mucho antes de conocerte. luego de que demostró su verdadera personalidad dejé de verme con ella.
