alguien pidió que lo hiciera, dije pq no y acepté. eso sí, no se me ocurría ningún final feliz donde no hubiera mínimo una muerte, pero se supone que esto debe ser diferente, así que bueno. probablemente no esté muy unido a la historia en sí, tipo, que falte un toque de coherencia, pero no importa ya que no es el final original, es uno para que se imaginen vivas, ah.
disfruten.꒦꒷꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒷꒷꒦꒷꒷꒦꒷꒦
—¿haru?
llamó al felino luego de terminar con la llamada de kazutora. el mismo había desaparecido de golpe pero tras pronunciar su nombre vino corriendo, quizás de la habitación de baji.
lo alzó en brazos y fue hasta el sofá, tomando asiento, depositando al gato anaranjado sobre sus piernas, dejando caricias. él en respuesta comenzó a ronronear, relajándose bajo su tacto.
alrededor de diez minutos después escuchó la puerta abrirse, estiró su cuello hacia atrás con la intención de ver quién acababa de ingresar, encontrándose con que se trataba de baji y chifuyu.
el último mencionado traía en sus brazos un gato de color negro, sacó rápidamente la conclusión de que era peke j, pues su aspecto físico encajaba con la descripción que keisuke había brindado cuando habló de él.
—¡(n)!, me alegra verte.
habló un matsuno sonriente, dejando al gato en el suelo. haru rápidamente olfateó el olor a un felino nuevo y se bajó de sus piernas, yendo hacia peke j para empezar a interactuar.
ella se levantó del sofá, yendo hacia el contrario.
—a mí también, chifu.
—¿por qué desapareciste de la nada?, nos tenías preocupados, creímos que algo te había pasado hasta que baji dijo que estabas ocupada con la universidad, ¿qué tal te está yendo?
(n) miró por un segundo a keisuke, el cual se encontraba mirando fijamente a ambos gatos, quizás esperando la mínima mala reacción para separarlos.
agradecía que el pelinegro no haya contado nunca nada sobre sanzu y ella, de lo contrario generaría más preocupación.—me va bien, bastante atareada pero seguramente apruebo todo. por cierto, dijo kazutora que en media hora llega.
[ . . . ]
—chifuyu, acomoda eso ahí.
indicó baji, y el ajeno obedeció.
eran las tres de la mañana, estuvieron toda la noche viendo películas y comiendo.kazutora había tardado tanto tiempo en ir al apartamento porque pasó por un mercado y compró comida para que entre todos cocinaran.
suerte que estaban baji y (n), porque si la cocina dependiera de chifuyu y kazutora se habría prendido fuego todo. eran un total desastre.ahora mismo estaban moviendo el sofá y la mesita de la sala a un rincón, pues dieron la idea de dormir todos en el suelo, juntos.
la última película fue una de terror, y mientras que la chica no tenía miedo porque consideraba que fue una película pésima, los otros tres estaban al borde de echar agua bendita a la casa y hacerse religiosos de un segundo a otro.